“¿Cómo ven a estos p&nd&j#s? Queriendo comer gratis 4 zanganos”. Así se lee en uno de los cientos de comentarios que circulan en redes sociales, para exhibir a un grupo de supuestos influencers que buscaban aprovecharse de su reputación en YouTube para que un restaurante los atendiera sin pagar.

La historia comienza así: El pasado lunes, Alejandro Carreño, uno de los vloggers del canal “¿A dónde jalamos?”, se comunicó vía redes sociales con el restaurante Bacon Bar, presentándose como un medio dedicado a hacer reseñas de “los lugares cool de México”.

El establecimiento, ubicado en la Ciudad de México, les expresó que podían ir cuando quisieran y les facilitó su menú.

"Manejamos intercambios...por vlog"

Fue entonces que Carreño decidió ser completamente sincero sobre sus intenciones:

“La cuestión es que vamos 4 personas y manejamos intercambios con la empresa, establecimiento o restaurante por el vlog”.

Alejandro Carreño, vlogger.

El restaurante respondió que ellos no regalan producto ni hacen intercambios como el que le planteaban. Esto provocó el enojo del youtuber.

El vlogger se ofendió por la respuesta del restaurante

“Está bien. Y, atención, no es regalo de producto, tampoco nosotros regalamos nuestras reseñas. Tienen que tener más tacto”.

Alejandro Carreño, vlogger.

Pero las cosas no quedaron ahí. Carreño también decidió escribir una reseña negativa en Facebook del restaurante, donde afirma que su atención es mala.

“Atención mala al cliente y contestaciones sin lógica, a parte, groseros y prepotentes”.

Bacon Bar respondió al vlogger, lamentando no poder cumplir con sus expectativas de intercambio.

“No sería justo para ninguno de los medios que han acudido a Bacon Bar y han pagado su consumo para probar y publicarlos en sus medios".

Bacon Bar, restaurante.

El establecimiento hizo votos porque la siguiente vez que Carreño critique a un restaurante sea por su comida y no por negarse a cumplir sus peticiones.

“Esperamos algún día te refieras a la comida, al lugar y ni a una negativa de intercambios”.

"¿A dónde jalamos?" se gana cientos de críticas en redes sociales

Unos minutos después, la respuesta del Bacon Bar ya se había vitalizado en redes como Facebook y Tiwtter, donde muchos criticaron, en primer lugar, que los supuestos influencers se dediquen a pedir cosas regaladas, en lugar de trabajar y ganárselas.

También, los internautas se burlaron de los youtubers de “¿A dónde jalamos?” por identificarse como “influencers”, cuando apenas sumaban 24 suscriptores, cifra que tras el escándalo ha subido a 137.