El presidente Donald Trump se encuentra terminando sus propuestas para disminuir la violencia armada mediante una iniciativa para imponer cierto control en las armas de fuego que pueden comprarse con suma facilidad en Estados Unidos.

Sin embargo, las medidas presentadas por el mandatario podrían presentar oposición tanto de legisladores demócratas, para quienes las medidas serían demasiado débiles, como para los republicanos, quienes las tacharían de “restrictivas”.

Se especula que las propuestas de Trump incluyan el acelerar la pena de muerte para los asesinos en masa, proveer los antecedentes penales de adolescentes problemáticos a las autoridades cuando se vuelvan adultos y que sea obligatorio que el FBI notifique a las autoridades locales cuando un potencial comprador de armas falle la revisión de antecedentes.

Sin embargo, de momento la propuesta carece de uno de los puntos clave entre los congresistas demócratas y varios sectores de la población: que la revisión de antecedentes penales de los compradores de armas sea universal.

Luego de las matanzas consecutivas en El Paso, Texas y Ohio, la administración de Trump recibió 29 propuestas para implementar un control más efectivo de la venta de armas en los Estados Unidos.

Sin embargo, casi ninguna de estas propuestas puede ser considerada novedosa y muchas han sido obstaculizadas una y otra vez en el congreso, en buena parte debido al trabajo de los lobistas de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).

Debido a la enorme influencia de las empresas armamentísticas en en EU y a sus cuantiosos donativos a políticos de ambos partidos, no se ve en el horizonte cercano una reforma que impida la venta de armas de asalto a civiles en dicho país.