Suecia, cuyo gobierno ha adoptado un modelo “abierto” para “combatir” la pandemia de coronavirus en su territorio, ha visto un incremento marcado en las muertes por cápita entre su población, de acuerdo a las cifras más recientes.

Por si esto fuera poco, pese a que se ha mantenido una cierta “apertura” de la sociedad sueca a varios niveles, los indicadores señalan que el país escandinavo se acerca también a una recesión económica.

Como parte del cacareado “modelo sueco”, la nación europea ha mantenido abiertas la mayoría de comercios, restaurantes y escuelas, bajo el estimado de que esto podría llevar a un menor impacto económico de la pandemia.

Sin embargo, la propia Ministra de Finanzas de Suecia, Magdalena Andersson, señaló que la economía del país, la más grande de los países nórdicos, se contraerá en un 7% en este año.

El saldo en la pérdida de vidas humanas también ha sido alto. De acuerdo a un promedio levantado por el portal Ourworldindata.org entre los días 12 y 19 de mayo, el promedio de muertes en Suecia, de 5.75 por cada millón de habitantes, es el más alto per cápita en Europa.

Pese a que en total, con sus 3 mil 831 muertes, Suecia registra menos muertes que Italia, España y el Reino Unido, en comparación con los países nórdicos como Dinamarca, Noruega y Finlandia, han tenido un desempeño mucho peor.

La supuesta estrategia de “inmunidad de rebaño” tampoco ha parecido tener un resultado rápido. Estudios recientes apuntan a que apenas un promedio de 5 por ciento de los suecos presentan anticuerpos de la enfermedad.

La “nueva normalidad”, del “modelo sueco” tampoco parece ser efectiva del todo en el aspecto económico. Encuestas recientes señalan que 40% de los empresarios de Suecia temen bancarrotas próximas en el sector de servicios.