Los niveles de basura electrónica generados en los últimos meses han puesto en alerta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En 2019, los desperdicios de todo el mundo alcanzaron una cifra récord, pues representan un riesgo para la salud.

En su informe anual, Global E-waste Monitor 2020 informó que en 2019 se contabilizaron 53.6 millones de toneladas de desperdicios electrónicos. El estudio señala que dichas cantidades de desechos son equivalentes a 350 cruceros del tamaño del Queen Mary 2.

La ONU se mostró preocupada por las cifras, ya que solo el 17.4% de la basura electrónica pudo reciclarse. La principal fuente de desperdicios se concentró en China, con 10.1 millones de toneladas, mientras que Estados Unidos registró 6.9 millones y en India otros 3.2 millones de toneladas.

Entre los millones de toneladas de desperdicio se encontró plástico, silicio, cobre, oro y otros metales usados en placas de circuito impreso para conducir electricidad. Solo una sexta parte de los materiales fueron reciclados, y el resto no fueron reclamados.

En la ONU se mantienen alerta ante esta situación, ya que representa un verdadero problema para el medio ambiente y la salud, pues los desechos contienen altos niveles de mercurio. El estudio de Global E-waste Monitor 2020 estima que en 2030 el mundo podría alcanzar 74 millones de toneladas.