Fatima Bridle es una mujer de 35 años que perdió un pulmón y pasó 40 días en coma por un coronavirus severo que la llevó a permanecer en la cama de un hospital por 105 días durante los cuales tuvo ganas de morir, gritar y llorar.

La residente de Southampton, en el Reino Unido, ahora posa con una sonrisa para sus fotos de Facebook, no obstante, cuando cuesta su historia le es imposible contener las lágrimas. Su curación fue un verdadero infierno, pues le realizaron una traqueotomía y sufrió una neumonía de la cual casi no sale librada.

Todo comenzó hace más de tres meses, cuando dio positivo a coronavirus tras un viaje a Marruecos en compañía de su esposo, y fue hospitalizada desde el 12 de marzo pero apenas seis días más tarde, fue conducida a cuidados intensivos dado que su situación era crítica.

Pero además, Fatima desarrolló sepsis (enfermedad en la cual el cuerpo tiene una respuesta grave e inflamatoria a bacterias u otros microorganismos), por lo que el panorama era todavía más complicado pues su pulmón derecho funcionaba mejor que el izquierdo. Luego de algunos días, logró recuperarse pero recayó rápidamente.

"Esa noticia fue horrible. La sepsis estaba matando las células sanguíneas. Estuvo en coma durante 40 días y pensé que la estaba perdiendo. Recé mucho. Todo abril fue horrible. Me estaba volviendo loco. Lloraba todo el tiempo y me pusieron medicamentos", contó Tracy, su marido.

Y Bridle también sufría, ya que asegura que cuando respiraba con el ventilador sentía un dolor muy grande que la hacía preferir morirse porque además e daba miedo; "era aterrador, quería gritar, pero no podía", dice. Afortunadamente ahora la mujer se muestra optimista a pesar de que respira con un sólo pulmón: "Sigo sin creer que me haya despertado de todo esto".