México.- Murió por complicaciones del coronavirus Covid-19, Aruká Juma, el último varón del pueblo indígena Juma de Brasil, sobreviviente de una matanza para exterminar a los de su tribu.

El indígena brasileño Aruká, el último varón de los Juma, cuya edad rondaba entre 86 y 90 años, murió por Covid-19 en la UCI de un hospital de Porto Velho, una ciudad incrustada en la Amazonia.

Este lunes 22 de febrero, Brasil superó los 247 mil muertos por coronavirus al registrar 639 nuevas muertes en las últimas 24 horas, en tanto que el número de contagios roza ya los 10.2 millones.

Tragedia para tribu Juma, la muerte del último varón

El indígena brasileño Aruká Juma, cuya edad rondaba entre 86 y 90 años, murió por complicaciones del coronavirus en un hospital de Porto Velho, ciudad incrustada en la Amazonia.

De acuerdo con el diario El País, la muerte de indígena fue una tragedia para sus allegados, por ser el último varón del pueblo juma y representante vivo de los saberes ancestrales de ese pueblo indígena.

Al indígena brasileño Aruká Juma le sobreviven sus tres hijas, quienes son las últimas de un pueblo que en el siglo XVIII tuvo entre 12 mil y 15 mil miembros.

Aruká Juma presentó una insuficiencia respiratoria

Murió a causa del Covid-19 el indígena brasileño Aruká Juma, el último varón del pueblo Juma de Brasil y sobreviviente de una matanza para exterminar a los suyos.

De acuerdo con los reportes, Aruká Juma presentó una insuficiencia respiratoria aguda combinada con una infección que complicó su batalla ante el virus.

Aruká Juma, sobreviviente de masacres

La muerte a causa del coronavirus del brasileño Aruká Juma fue una tragedia para sus allegados, pues se trató del último varón del pueblo juma.

Se dice que en su juventud, Aruká Juma sobrevivió, con otros seis jumas, a la masacre de unas 60 personas perpetrada por encargo de comerciantes interesados en el caucho y las castañas de su tierra.

Asimismo, se señala que la Tribu Juma fue contactada a mediados del siglo XX y ha sido descrita por los cronistas como antropófagos, perversos y feroces.

El antropólogo Edmundo Peggion destacó: "Aruká era el último hombre juma que tenía memoria de las maneras de cazar, los modos artesanales propios de su pueblo. Existe un consenso en la región, entre los indígenas kagwahiva, de su importancia para la memoria colectiva".

Abundó que Aruká “era reconocido como un amóe, un título de respeto”, que quiere decir abuelo en tupí guaraní.

Con información de El País