Luis Alfredo Garavito, quien fue detenido en 1999 por ser una asesino en serie de cerca de 200 niños y niñas, murió en la cárcel Valledupar de Colombia mientras cumplía una condena de 40 años, originalmente mucho mayor.
La Bestia, como era conocido Luis Alfredo Garavito, cumplía una condena de 40 años por los delitos de acto sexual violento, homicidio, acceso carnal violento, secuestro simple e incendio culposo, llevados a cabo entre 1980 y 1999.
Sin embargo, Luis Alfredo Garavito buscó en 2018 concluir su proceso en libertad condicional por buena conducta, después de haber sido procesado por secuestrar, abusar, torturar y asesinar a más de 200 niños y niñas en Colombia.
La Bestia escogía a menores de entre 5 y 16 años, de familias pobres, como sus víctimas.
Luis Alfredo Garavito, asesino en serie de niños y niñas, muere de cáncer en Colombia
El asesino en serie de niños y niñas, Luis Alfredo Garavito, murió a causa de cáncer el 12 de octubre en la cárcel Valledupar de Colombia, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
“El señor Luis Alfredo Garavito Cubillos, que estaba recluido en la ciudad de Valledupar, falleció en los últimos minutos”.
Inpec
La información sobre el padecimiento de cáncer del asesino en serie, mientras cumplía una condena de 40 años por abuso sexual y secuestro, se hizo público gracias a las publicaciones ‘El reflejo de la Bestia’ y ‘Tras la sombra de Garavito’
Luis Alfredo Garavito: Este era su modus operandi en Colombia
Luis Alfredo Garavito, el asesino en serie de niños y niñas que murió en Colombia este 12 de octubre de 2023, tenía una suerte de modus operandi para atacar a las más de 200 víctimas menores de edad de entre 6 y 16 años.
El asesino nació en el municipio de Génova en Colombia, razón por la que era conocido no solo como La Bestia, sino como El Monstruo de Génova y solía disfrazarse de indigente o de una persona con discapacidad.
Luis Alfredo Garavito se acerba a menores de edad de hogares pobres para hacerles el ofrecimiento de acercarse a una fundación que trabajaría en su beneficio. No obstante, el asesino también solía acercarse con dulces o promesas.