La fiesta de cumpleaños 99 de Ralph Goldsticker generó al menos 13 contagios el pasado mes de octubre, cuando la familia del anciano se reunió para festejar su último cumpleaños dentro de los 90 en Saint Louis, Estados Unidos.

Al respecto, medios estadounidenses reportaron que la celebración del casi centenario de Ralph se convirtió en un evento "superpropagador de coronavirus" debido a que los infectados son personas que radican en distintas partes del país.

Entre los contagiados están el propio festejado y su sobrino nieto, de apenas tres años. Esto, pese a que afirman que tomaron todas las medidas necesarios, algo que las autoridades de niegan a creer debido a que una foto compartida en Instagram por un integrante de la familia los muestra a todos sin respetar la Sana Distancia y sin el uso de cubrebocas.

"Por doloroso y difícil que sea, no vale la pena correr el riesgo. Pensamos que estábamos siendo inteligentes"<br>

Larry, hijo del festejado.

"Estábamos muy conscientes, pensamos de antemano. Todos nos habíamos puesto en cuarentena antes de la fecha y mi hermano y mi cuñada en San Francisco se hicieron la prueba antes de subirse a un avión", comentó Larry, hijo del anciano. Pero a las pocas horas de regresar a sus respectivos hogares, cada uno de ellos dio positivo.

Incluso resultó contagiada la esposa de Larry, que no asistió al cumpleaños. Sin embargo, la familia decidió no investigar quién había sido el culpable de transmitir el virus, pues además les resulta imposible saberlo: "De nadie se puede decir 'fuiste tú'. Todos llegamos de distintos lugares", explicó Larry.

Además, agregó que la mitad estuvieron alojados en un hotel y luego fueron a la casa de un hermano en Saint Louis y que la única vez que salieron fue el sábado por la noche, cuando reservaron un salón privado en un restaurante sólo para ellos. En consecuencia, su hermano fue hospitalizado por un latido cardíaco acelerado, pero la mayoría se recupera satisfactoriamente.