El Vaticano - Tras tres semanas de debates, el Sínodo de los obispos aprobaron hoy en Roma y por mayoría, un documento en el que la Iglesia muestra mayor tolerancia ante divorciados y otras situaciones familiares.

En total, 94 puntos cosntituyen el documento, en el cual, se refleja sobre todo una apertura a los casos de los divorciados vueltos a casar y que no pueden acceder a los sacramentos. Entre las medidas de tolerancia, está la declaración sobre los "bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar deben ser más integrados en las comunidades cristianas de las diferentes maneras posibles, pero evitando en cualquier caso causar escándalo".

En el punto 85, el que más votos en contra tuvo (80 frente a 178 a favor), se recuerda que Juan Pablo II (en su exhortación apostólica "Familiaris consortio" de 1981) ya ofreció el criterio de la valoración caso por caso de los divorciados católicos y vueltos a casar para su acceso a los sacramentos, como la eucaristía. "Es por tanto deber de los presbíteros acompañar a las personas en el camino del discernimiento, según las enseñanzas de la Iglesia y las orientaciones del obispo", se señala.

Asimismo, la Iglesia aprovecha la ocasión para reivindicar su total oposición a la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio entre hombre y mujer y lanza un dura crítica a las "presiones en esta materia por parte de organismos internacionales" sobre todo en países pobres.

Finalmente, los obispos indican en la conclusión de este documento que esperan que este dé esperanza y alegría a las familias de todo el mundo y oriente a los sacerdotes, pero piden que sea el pontífice quien "considere la oportunidad de ofrecer un documento sobre la familia".

Con información de EFE