Asistencias cada vez menores a las plazas de toros y pérdidas económicas es la tendencia que se ha pronunciado a lo largo de esta década en España, de acuerdo a una investigación del diario Público.

Según datos del Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura de España, el decaimiento en popularidad de la “fiesta brava” es una tendencia real en los últimos años.

Estos eventos se han reducido casi una sexta parte (16.4%) en los últimos cuatro años, cayendo de mil 858 a mil 533 en todas sus variantes.

De acuerdo a los reportes publicados por el diario español, en apenas cuatro años las corridas de toros pasaron de 428 a 387 entre 2013 y 2017 (-9,6%), mientras el número de rejones, novilladas y festivales varios se desplomaba un 16,5% (de 1.214 a 1.014) y las becerradas caían casi un 28% (de 373 a 269).

Uno de los factores clave de este desplome es el aumento en costos ante las mayores exigencias en seguridad y servicios de emergencia en los eventos.

Esta nueva carga económica ha tenido un efecto disuasorio en el caso de los municipios pequeños de España, quienes han decidido celebrar menos eventos, lo que a su vez ha causado un descenso en el número de personas que asisten a los toros.

Se estima que en solo ocho años se ha reducido en más de 850 mil personas el número de asistentes a la llamada “fiesta brava”, una quinta parte menos entre 2007 y 2015.

De momento, las transmisiones televisivas de los festejos taurinos han superado a las audiencias en las plazas de toros, contabilizándose en el periodo 2014-2015, 6.77 millones de espectadores y otro medio millón vía internet.