El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de comportarse con hipocresía al condenar a su país por racismo e ignorar a otras naciones donde, en su opinión, este flagelo es mayor.

Esto, un día después de que el Consejo de Derechos Humanos del organismo internacional repudiara la discriminación en la Unión Americana que derivó en el asesinato de George Floyd.

“Si el Consejo se tomara en serio la protección de los derechos humanos, hay muchas necesidad legítimas de su atención como las disparidades raciales sistémicas en lugares como Cuba, China e Irán”.

Mike Pompeo

El canciller agregó que si el consejo actuara con honestidad, tendría que reconocer “las fortalezas de la democracia estadounidense” y hacer un llamado a ”regímenes autoritarios de todo el mundo” a seguir el ejemplo de su país para alcanzar sociedades más transparentes y unidas.

ONU emite histórica condena al racismo de Estados Unidos

En la resolución de este viernes, la ONU condenó “en los términos más energéticos” las “prácticas racistas y violentas de las fuerzas del orden contra las personas africanas o afrodescendientes” en Estados Unidos.

El texto hace referencia directa al caso de Floyd, asfixiado hasta la muerte el 25 de mayo pasado por un policía blanco, quien lo había detenido por supuestamente intentar pagar con un billete de 20 dólares falso en una tienda de Minneapolis, Minnesota.

La resolución, adoptada por consenso de manera oral y sin necesidad de una votación, también hace referencia a las muertes de otras personas de ascendencia africana y repudia el racismo estructural del sistema de justicia penal de aquél país.

Además, se pide la creación de un panel independiente de expertos a fin de elaborar un informe sobre el racismo sistemático y violaciones a las leyes internacionales de derechos humanos contra africanos y afroamericanos por parte de policías.

Cabe señalar Cabe señalar que Estados Unidos se retiró voluntariamente del Consejo en junio de 2018, acusando un “prejuicio crónico” de la ONU contra Israel, uno de sus mayores aliados, y su negativa a retirar la membresía a países rivales como Cuba o Venezuela.