Previendo la llegada de miles de manifestantes a los alrededores de la Casa Blanca, autoridades norteamericanas instalaron varios cercos en el perímetro del centro del poder presidencial y político de los Estados Unidos.

Se estimó la llegada de al menos 2 mil manifestantes que buscan expresar su rechazo al asesinato de George Floyd a manos del agente de policía de Mineápolis, Derek Chauvin.

Por este motivo, autoridades locales y federales cerraron varias calles en la zona e instalaron las vallas y barreras para impedir la llegada de manifestantes a las afueras de la Casa Blanca.

Los manifestantes, la mayoría de ellos actuando de forma pacífica, protestaron golpeando las rejas y cercas que fueron instalados en los alrededores del edificio ubicado en la avenida Pensilvania de Washington, D.C.

La ex aspirante presidencial demócrata, Elizabeth Warren, hizo acto de presencia en la manifestación, hablando con algunas de las personas presentes.

Algunos de los presentes fueron replegados con gases lacrimógenos por parte de las fuerzas federales destacadas en la zona para “mantener el orden”.

Los asistentes al evento expresaron su repudio a estos actos de represión, señalando que sus actos eran “una desgracia” para la constitución de los Estados Unidos, además de que su actitud era una “vergüenza”.