Ciudad del Vaticano.- Un abogado del ex mayordomo del Papa renunció el jueves, apenas unas semanas antes de que su cliente deba ir a juicio por su participación en un escándalo de filtración de documentos del Vaticano.

El abogado Carlo Fusco dijo por teléfono que había renunciado como abogado de Paolo Gabriele por diferencias en la estrategia de defensa. Dijo que tomaron la decisión junto con Gabriele.

No estaba claro de inmediato si la otra abogada de Gabriele, Cristiana Arru, permanecería como asesora. No respondió de inmediato un mensaje dejado en su oficina de abogados de Roma.

Un juez del Vaticano a principios de este mes ordenó que Gabriele debía enfrentar juicio por el presunto robo de documentos del apartamento privado del Papa Benedicto XVI. Los documentos son la base de artículos de prensa italianos y un libro que muestran la lucha por el poder y la supuesta corrupción en los más altos niveles de gobierno de la Iglesia Católica.

El escándalo no fue tan perjudicial para la Iglesia como la crisis de abuso sexual clerical, pero rompió el sentido de la confianza y el secreto que tradicionalmente domina la manera de hacer las cosas en el Vaticano. El pontífice no recibió bien la traición: a menudo ha expresado su tristeza por el asunto y ordenó una investigación a gran escala.

Gabriele, de 46 años y padre de tres, fue arrestado el 23 de mayo después que la Policía encontró documentos papales en su casa en la Ciudad del Vaticano. Estuvo recluido en un centro de detención del Vaticano hasta el 21 de julio, cuando fue puesto bajo arresto domiciliario.

La acusación retrata a Gabriele como un delator con una inspiración religiosa pero desubicado. Lo cita diciendo a los investigadores que estaba inspirado por su fe para arrojar luz sobre el mal y la corrupción que encontró en la Iglesia, y que quería sacudirla y devolverla al camino correcto.

Fusco esencialmente había admitido la culpabilidad de Gabriele, y dijo a periodistas el mes pasado que Gabriele había actuado sólo por amor al Papa.

El juicio está previsto para comenzar antes de finales de año, después de que la corte del Vaticano reanude labores tras su receso del verano boreal.