En un hecho histórico, el gobierno del país africano Sudán prohibió la mutilación genital femenina (MGF) y la tipificó como un delito que se sancionará hasta con 3 años de prisión; dicha decisión fue calificada por activistas internacionales como el comienzo de una nueva era contra esta “inhumana tradición” que violaba los derechos de las mujeres.

La prohibición de esta práctica es relevante porque de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, casi 9 de cada 10 mujeres y niñas en Sudán, han sido sometidas a la mutilación genital femenina.

“Esta nueva ley ayudará a proteger a las niñas de esta práctica barbárica y les permitirá vivir con dignidad. Ayudará a las madres que no querían mutilar a sus hijas pero no tenían opción. Ahora por fin habrá consecuencias”.

Salma Ismail, vocera de la UNICEF

De acuerdo con el The New York Times, en este país de África, la práctica de la mutilación contra las mujeres es “mucho más violenta y extrema” que en otros países donde también se realizan procedimientos similares.

Ahora, la legislación aprobada ya permite sancionar a quien realice esta práctica con años en prisión y multas económicas, aunque también se considera que faltan medidas para detener esta ‘tradición’ pero sí es un avance.

¿Qué es la mutilación genital femenina?

la MGF es un procedimiento en el que los órganos sexuales de la mujer son deliberadamente eliminados; lo más frecuente es la extirpación de los labios vaginales que puede generar problemas de salud en las mujeres, tanto físicos como psicológicos.

“La MGF es cualquier lesión de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos”.

OMS

Durante la mutilación regularmente es necesario el uso de la fuerza contra las víctimas, pues se realiza contra la voluntad de millones de niñas. En África, esta práctica se hace en al menos, 27 países como Etiopía, Kenia, Burkina Faso, Nigeria y Senegal, y está ligada creencias religiosos y culturales, considerada como algo esencial dentro del matrimonio.

Se estima que 200 millones de niñas y mujeres en todo el mundo han sido sometidas a la mutilación genital femenina; entre otras consecuencias, las víctimas pueden desangrarse o contraer infecciones que les puede causar la muerte. También puede haber complicaciones fatales en partos.