Wisecrack y su 8-bits Philosophy han vuelto a poner en entredicho las prácticas de la sociedad contemporánea; en esta ocasión, centran su análisis al fenómeno de Tinder y si esta aplicación (así como similares), están matando la concepción tradicional de lo que es el amor. Apoyándose en Richard Kearney y Alain Badiou.
En resumen, señalan que lo que ha provocado Tinder es una obsesión por lo corporal, pero al mismo tiempo, sin que se le ponga atención a un cuerpo real; más bien, la atención se centra en las representaciones de lo corpóreo dadas por los perfiles de los usuarios de las aplicaciones.
En otras palabras, la gente siente una atracción por el constructo que el otro hace de sí mismo para poder presentarse de manera virtual (se pone de ejemplo lo sucedido en la cinta "Her"). Asimismo, quien busca una pareja por esos medios, fija su atención en alguien que sea similar, un "uno y lo mismo", pues se desea que los gustos e ideologías sean iguales; entrando en un estadio narcisista donde en realidad el amor es hacía el ser unitario, representado en una alteridad.
Concluyen que en realidad estas aplicaciones no son malas, siempre y cuando los usuarios estén conscientes de que el amor no consiste en una afiliación a lo virtual, ni una búsqueda de la unidad en los demás.
Con información de Wisecrack.