Una de las múltiples corrientes filosóficas que se formó durante el denominado periodo helenístico fue el estoicismo; suyo máximo representante es Zenón de Citio. Dicha ideología profesaba que la única forma de alcanzar la libertad verdadera es mediante el uso de la razón y el alejamiento de los impulsos; con lo cual llegaríamos a un estado de ataraxia, imperturbabilidad del alma.

Si queremos encontrar un referente en el mundo de la ficción, nada mejor que la Orden de los Caballeros Jedi. Si prestamos atención en las precuelas de Star Wars; los principios básicos del lado luminoso de la Fuerza señalan la (casi) eliminación de todos las posibles distracciones externas y pasionales del humano, lo que incluye, entre otras cosas, amar a una persona; pues esto sería una distracción para las funciones del caballero.

Un Jedi se debe de guiar únicamente por la razón, no importando nada más, sentimientos, de cualquier tipo, nublan el pensamiento lógico, por ello lo primero que tiene que aprender un usuario de la Fuerza es el desapego para encontrar un estado de equilibrio y paz interna; la ataraxia.

El dejarse llevar por los agentes más allá de la propio disernimiento racional, hace que se caiga en el lado obscuro, en la pasión absoluta; la búsqueda de un poder total por encima de los intereses y bienestar del otro. Todo en pos de un beneficio propio egoísta.

Sin embargo, estas son dos posiciones extremas acerca de la naturaleza humana; como el mismo estoicismo pareciera proponer. Por un lado, Yoda y todo el consejo ven en las pasiones humanas el origen de todo el mal, sin excepción (la duda lleva al miedo, el miedo al odio, el odio al sufrimiento, el sufrimiento al Lado Obscuro); así, en lugar de tratar de lidiar con las mismas, se pretende eliminarlas de tajo.

Por otra parte, Darth Sidious, ve en esa prohibición sentimental algo que no permite que una persona llegue a la libertad absoluta; los tacha de ignorantes porque se niegan a reconocer un aspecto importante de la vida. Claro que lo que él propone, más allá de una exploración de todo el espectro pasional, es el libertinaje total que pasa por encima de las libertades individuales.  Ambos aspectos de la Fuerza parece que proponen un sometimiento del otro, más allá de un reconocimiento; de ahí se puede explicar un poco la duda de Anakin y que pueda ser manipulado tan fácilmente por los otros (dígase, Jedi o Sith).

Curiosamente, quien llega a estar en un verdadero equilibrio y que parece haber alcanzado esa imperturbabilidad del alma es ni más, ni menos, que Luke Skywalker. El joven jamás se ve viciado por ninguno de los aspectos, de hecho, experimenta los dos: es pasional y muchas veces se deja llevar por sus impulsos; pero también actúa como un agente racional, lo cual le da un mejor entendimiento de lo que sucede en su entorno. Es un Sith y un Jedi al mismo tiempo, sin extremos maniqueos de alguno de los eternos bandos en pugna; en otras palabras, es un ser completo.

¿El estoicismo es malo? No en realidad, de hecho pregona algo que le falta mucho a los humanos, el control de los impulsos; pero tampoco podemos negar que es extremo y la presión de este no puede ser sostenido por cualquiera, de ahí que siempre se esté en peligro de caer en el “Lado Obscuro”.