El artista plástico francés Stephane Simon, ha tenido que cubrir los genitales tallados de sus esculturas expuestas en Memory of Me, después de que la Unesco le exigiera tapar las partes íntimas de su colección para evitar "herir la sensibilidad de público".

Según el periódico francés L'important, la organización lo contactó para que En Memoria mía fuera exhibida en su sede parisina con motivo de la jornada del patrimonio nacional. Sin embargo, al enterarse de que su trabajo se compone de varias esculturas desnudas, le solicitaron cubrir las zonas íntimas de cada una.

 

Exige Unesco que artista cubra partes íntimas de sus esculturas

Sorprendido e indignado, el artista se ofreció a estar presente durante los 2 días que duró al exposición (del 21 al 22 de septiembre), para tapar él mismo los genitales en caso de que algún visitante se sintiera ofendido, pero la Unesco le exigió que se comprometiera a cubrir las esculturas.

"¡Han pasado cuatro siglos y medio desde que el Braghettone veló los frescos de la Sixtina, por orden de la Iglesia! Y es en París, capital de un estado secular, donde se impone, en 2019, una censura del mismo orden a un artista"

Jacques Bouineau, de la organización Antiquity Avenir.

Stephane Simon finalmente accedió y colocó tangas de hilo en sus tallados, a pesar de que anteriormente ya habían sido expuestos en otros lugares públicos como el Consejo Económico y Social, así como el Palacio Real. En consecuencia, usuarios de redes sociales mostraron su descontento ante la alteración de una obra tan linda.

 

Se alteró por completo el verdadero sentido de su trabajo

Particularmente con Memory of Me el artista quiso mostrar a figuras humanas desnudas, en posturas propias para una selfie, pero sin connotaciones eróticas. Así que el tema central de su trabajo se vio completamente afectado.

"La adición de estos elementos textiles casi lo hizo parecer un anuncio de ropa interior"<br>

Xavier Flavard, diseñador.

En la libreta de quejas, uno de los visitantes a la exposición, el diseñador Xavier Flavard, anotó que "fue un acto perturbador ver las obras alteradas de esa manera". Por su parte, otros comentaron que fue lamentable que Audrey Azoulay, ex ministra de Cultura y actual directora general de la Unesco, no haya detenido el atropello.