El gobierno de Rusia confirma este 17 de julio el hallazgo de los restos de los hijos del último zar Nicolás II: la princesa María y el príncipe heredero Alexei, quienes fueron asesinados junto a su familia la noche del 16 de julio de 1918.

A través de una entrevista con el periódico Izvestia, Marina Molodtsova, del Comité de Investigación de Rusia, informó que los restos encontrados en 2007 cerca de la ciudad rusa de Ekaterimburgo, donde también yacen otros nueve muertos, pertenecen a la hija y al hijo de Nicolás y Alexandra Románov.

La noticia se produce precisamente tras el éxito de la serie de Netflix Los últimos zares, que relata la historia que llevó a Nicolás Románov y a su familia a ser fusilados en el sótano de una casa por un grupo bolchevique, mientras se desarrollaba la Revolución rusa.

La experta además apunta que el pequeño número de fragmentos óseos encontrados hace pensar que cerca del lugar del hallazgo del 2007 podrían encontrarse uno o más sitios de sepultura de otros de los miembros de la familia real, así como que esto elimina la teoría de que los cadáveres fueron eliminados con ácido sulfúrico y fuego.

Fue hace 102 años cuando el último emperador ruso Nicolas II, la emperatriz Alexandra Fiodorovna, las princesas Olga, Tatiana, María y Anastasia, el príncipe Alexei, el médico de la corte Evgueni Botkin, el ayuda de cámara Alexei Trupp, la camarera Ana Demidova y el cocinero Ivan Jaritonov fueron asesinados.

Alexei y María tenían 13 y 19 años de edad, respectivamente, al momento de su muerte. Los primeros restos fuero encontrados en 1979 pero por miedo a las represalias, el hecho se escondió durante 10 años hasta que en 1989 se hicieron públicos durante la Perestroika. Un año después se les sepultó en la catedral de San Pablo y San Pedro de San Petersburgo.