En pleno 14 de febrero, un especialista de la UNAM ha expuesto una triste realidad: las personas “ya no creen en el amor”. Gran parte de la culpa, explicó, es de quienes se han convertido en nuestra eterna compañía: las redes sociales.

Ricardo Trujillo Correa, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que hoy en día día vivimos en una estructura de individualismo, en la que no caben las relaciones a largo plazo, sino las superfluas e inmediatistas.

Las personas prefieren relaciones narcisistas: psicólogo 

En ese sentido, indicó que en lugar de involucrarnos a profundidad con otra persona, preferimos una relación que sea epítome de nuestro propio placer, “por lo tanto narcisista y sin alteridad”,

“La gente no se une hasta que la muerte los separe, sino hasta que las redes sociales lo hagan”.

Ricardo Trujillo Correa, psicólogo de la UNAM.<br>

En ese sentido, el académico de la Facultad de Psicología expuso que medios sociales como Instagram o Facebook se han convertido en el altar de la propia persona, por lo que en ellas no caben las colectividades ni los actos sociales, más que como una simulación. “Mientras yo esté bien, lo demás no importa”, indicó.

La sociedad se ha ‘hecho adolescente’

El académico reconoció que este tipo de relaciones interpersonales no es nuevo ni exclusivo de los millennials.

“Es la sociedad la que se ha ‘hecho adolescente’, pero en los jóvenes es más evidente”.

Trujillo comentó que las diferentes generaciones establecen un sello particular a las relaciones interpersonales, definen cómo debe ser el amor, y la sociedad se adecúa. 

Relaciones sin amor, la vacuna contra la angustia

En nuestro tiempo, explicó, la sociedad busca una vacuna contra la angustia y las relaciones superficiales, sin amor, son la respuesta, pues así “te enchufas y desenchufas sin dolor ni tragedia”.

“Se hace todo lo posible para evitarla (angustia), por ello existen relaciones inmediatas, superfluas y sin compromiso emocional”.

Ante ello, señaló que el amor en sí es trágico, pues conlleva exponer nuestras vulnerabilidades y dejar el narcisismo, lo que genera una relación con lazos prufundos. Así, dejó para la reflexión una cita del filósofo Friedrich Nietzsche:

“Ante la más grande de las soledades y de las tragedias, valdría la pena intentar amar”.