México.- Con motivo del natalicio del poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano Octavio Paz, Google presenta un doodle a su memoria. 

Pero también se llevó a cabo el Encuentro Intelectual "Octavio Paz y el mundo del siglo XXI", en el que participaron Ian Buruma, Tzvetan Todorov, Jean Meyer, Norman Manea, Jorge Edwards y Juan Goytisolo, entre otros. La reunión tuvo lugar en el Colegio Nacional, en la Ciudad de México. 

Paz destacó por su carácter liberal y revolucionario, siempre crítico de los regímenes socialistas, según indicaron académicos, historiadores y otros escritores participantes en la celebración del centenario de Octavio Paz

El historiador Enrique Krauze se ha referido a Paz como "buen hijo de la Revolución Mexicana, que no podía ni quería dejar de ser", quien siempre mantuvo "un elemento de nostalgia revolucionaria". 

La ambivalencia de quien recibiera el Premio Nobel de Literatura en 1990, se hacía notar por ejemplo, en su actitud hacia la insurrección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, surgido en el año de 1994 en Chiapas.

"Por un lado rechazaba un movimiento guerrillero que tenía una afiliación marxista pero por otro lado estaba esa nostalgia de su origen, de su juventud rebelde", recordó Krauze.

Krauze indicó que el resurgimiento del movimiento zapatista provocó en Paz una "enorme perplejidad". 

"Le perseguía el fantasma del padre, del revoltoso zapatista, y del rebelde abuelo, y él mismo, y todas esas erres de la revuelta y la rebelión y la revolución se revolvían dentro de su alma", puntualizó el historiador mexicano. 

Por otro lado, el antropólogo  Miguel León-Portilla, opinó que Octavio Paz no podía hacer a un lado su aspecto indígena, pues forma parte de su esencia, cultura y actualidad. 

"Hay otros países de América que prescinden de esa etapa porque no les parece significativa, pero en México yo creo que es eminentemente significativa, y no por cuestiones de raza sino de cultura", explicó León-Portilla al respecto de la idea de Paz de que México no podía entenderse sin su etapa prehispánica. 

"Gran parte de nuestra cultura como mexicanos contemporáneos tiene sus raíces en el pasado indígena, y eso lo percibió muy bien OctavioPaz", destacó León-Portilla. 

Otro de los episodios que marcaron el ímpetu rebelde de Octavio Paz fue la matanza de estudiantes en Tlatelolco, año 1968, según indicó el periodista y también historiador Héctor Aguilar Camín. En ese entonces, Paz se sintió en medio de un "terremoto moral y filosófico" que lo obligó a renunciar a su puesto como embajador en la India

"La matanza del 2 de octubre era tan real, demasiado tangible e inmediata para compartir con Paz una explicación ritual mítica de la matanza", describió Aguilar Camín. 

Con información de La Vanguardia