Científicos han conseguido contabilizar por primera vez la cantidad de gas isopropeno producido por el fitoplancton, presente en la atmósfera del Océano Ártico. Aunque aún no está muy claro en qué medida, prevén que podría afectar al ambiente y sumar al cambio climático.

Pero, empecemos por entender qué es el gas isopropeno: de acuerdo con 20 Minutos, es un gas de origen biológico originado por el fitoplancton (conjunto de organismos autótrofos que viven dispersos en el agua), que al oxidarse en el aire afecta a la formación y al brillo de las nubes sobre los océanos más lejanos, como el Antártico. 

Aunque aún hay mucho por conocer, a los científicos les preocupa que las emisiones del gas isopropeno en estos océanos puedan afectar al clima, tal como explica un estudio de científicos del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) liderado por el profesor Rafael Simó.

La investigación publicada en la revista Geophysical Research Letters, muestra el primer algoritmo, denominado ISOREMS, capaz de hacer una predicción sobre la cantidad de emisiones de gas isopropeno basado en datos de satélites.

Hasta ahora, la medición de concentraciones de gas isopropeno -que puede afectar a la formación de nubes y con ello al clima- ha sido poco cuantificada y los modelos climáticos no son totalmente funcionales porque no simulan correctamente las nubes, por esta razón, la investigación resulta esencial para predecir los efectos del cambio climático en la región.

La herramienta ISOREMS reveló que entre 2002 y 2018, la concentración de isopreno ha sido más alta en aguas costeras y cercanas a las islas, y dentro de la banda latitudinal de los 40-50°S. Además, destaca que la presencia aumenta según la productividad del fitoplancton, con niveles máximos en verano.