Una nueva discoteca en Paris buscaba ganar fama por su peculiar temática, pero todo parece estarles saliendo al revés pues el lugar está inspirado en la vida de Pablo Escobar y la serie "Narcos". Medellín es el nombre con el que se anuncia y en él, las meseras están vestidas con chalecos antibalas, y el rostro del famoso narcotraficante está pintado en los muros.
Aquí "se bebe, se come, se baila y se mata", rezaba la invitación a la fiesta de inauguración de este club nocturno que abrió en noviembre en uno de los barrios más prestigiosos de la capital francesa y que se ha convertido en uno de los preferidos de la juventud pudiente parisina, aunque ha indignado a miles de personas alrededor del mundo que ven en todo el concepto una forma de glorificar la violencia y los asesinatos e incluso han lanzado una petición en línea para que el establecimiento elimine las referencias a Escobar y Colombia.
Desde la entrada asusta
Siguiendo la tendencia de los bares escondidos, el Medellín está oculto detrás de una taquería, "Chez Pablo", en la que se puede degustar un Pacho Herrera, un taco vegetariano bautizado en honor al tercer cabecilla al mando del Cartel de Cali, o un "Hijo de puto", un taco de caviar por 2 mil pesos (90 euros).
Pero "¡Cuidado! Entrar en el cártel más célebre de todos los tiempos no es fácil. Hay que someterse a la ceremonia 'plata o plomo' con Popeye, el patrón de la taquería" y lugarteniente de Escobar, advertía la convocatoria a la apertura que circuló en redes sociales.
Decoración de terror
"Medellín es una ciudad muy bonita, pero construida sobre un cementerio, esto está lleno de muertos, fue una orgía de sangre", se lee en un muro.
En un pasillo los fiesteros pueden descubrir el organigrama del cártel de Medellín, mientras beben un cóctel a base de tequila llamado María Victoria, en honor a la viuda de Escobar.
Todas estas referencias a la narcocultura no parecen incomodar a los fiesteros que bailotean al ritmo de Juan Luis Guerra, Héctor Lavoe o Willie Colón.
Por razones obvias, la enorme oda al temible capo no es del gusto de todos. Una semana después de la apertura del establecimiento, decenas de colombianos residentes en París convocaron un plantón para expresar su desaprobación.
"Para nosotros como colombianos es chocante que en un sitio público se glorifique al asesino más sanguinario de la historia de Colombia", explica Juan David Castillo, hombre de 35 años que organizó la manifestación junto a otros compatriotas residentes en Francia.
Pero el dueño de la discoteca, Audren Dimitris, niega cualquier "enaltecimiento" a Escobar. "Quieras o no cuando piensas en Medellín piensas en Pablo, pero no es el tema principal, es solo un guiño", explica.



Para apaciguar los ánimos, Dimitris hizo algunos cambios: retiró el nombre de Pablo Escobar, así como las fechas de su nacimiento y muerte, de una tumba falsa frente a la cual los clientes podían acercarse a prender una vela y colocó una leyenda que dice "No a Pablo, sí a Shakira".
"Hicimos algunas modificaciones porque nos dimos cuenta que algunas cosas podían lastimar a los colombianos y no es nuestro objetivo", se defiende Dimitris.
Con información de AFP.