Investigadores de la Universidad de Texas en Austin y Penn State, en Estados Unidos, lograron resolver un complejo problema que por años ha preocupado a los científicos: ¿cómo lograr la desalinización del agua para hacerla apta para el consumo humano.

Los investigadores lograron aumentar hasta en un 40 por ciento el éxito de este proceso gracias a membranas de desalinización, que permiten limpiar más agua con un uso significativamente menor de energía.

Ante ello, los científicos afirman en un artículo publicado en la revista Science que esto abre la puerta a reducir los costos de producción de agua limpia, para que la filtración sea más barata y se garantice el acceso a todos.

Quitar la sal del agua, un proceso que no logran descifrar los científicos por completo

Las membranas de desalinización eliminan la sal y otras sustancias químicas del agua, un proceso fundamental para la salud de la sociedad, que usa miles de millones de galones de agua para la agricultura, la producción de energía y la bebida.

Quitar la sal del agua suena a algo sencillo: filtrar el agua salada para hacerla potable. Sin embargo, el proceso es tan complejo que los científicos aún están tratando de saber cómo hacerlo de forma accesible y eficaz.

¿Qué son las membranas de ósmosis inversa?

Los investigadores de Texas intentaron resolver un aspecto importante del misterio con membranas de desalinización, que según el estudio, son inconsistentes en densidad y distribución de masa, lo que puede frenar su rendimiento, pero cuando su densidad es uniforme a nanoescala, aumenta la cantidad de agua limpia que pueden generar.

Los expertos lograron aumentar entre el 30 y 40 por ciento la eficiencia con membranas de ósmosis inversa, que funcionan aplicando presión a la solución de alimentación salada en un lado, de tal forma que los minerales permanecen allí mientras pasa el agua.

Esto significa que pueden limpiar más agua con un uso significativamente menor de energía, lo que podría conducir a un mayor acceso a agua potable y menores facturas de agua para hogares individuales y grandes usuarios por igual, sostienen los expertos.

Asimismo, reconocen que si bien este proceso es más eficiente que los procesos sin filtros, aún se requiere gran cantidad de energía para separar el agua de la sal, lo que confían resolver mejorando la eficiencia de las membranas.