Siempre tenemos tantos pendientes que la idea de resolverlos uno a uno nos genera estrés, algo que afecta nuestra calidad de vida y que debemos aprender a manejar.

Existen estudios que han demostrado que podemos sacarle provecho al estrés, ya que este nos afecta en medida de la forma en la que vemos el mundo exterior; o sea, todo tiene que ver con nuestra percepción.

Por lo general, el estrés nos ataca cuando sentimos que todo lo que está pasando puede salirse de nuestro control; así que si quieres aprovechar esta sensación y llegar a la raíz de tu ansiedad, es momento de que te detengas, analices y no tengas miedo de saciar tu curiosidad con preguntas al respecto.

Nunca te quedes con dudas

El estrés puede provenir de una gran variedad de factores externos. Tal vez tu coche no arranca, te quedaste horas extras en tu oficina y llegaste tarde a algún compromiso o tus facturas han subido inesperadamente... Muchas veces con tal de no clavarnos en lo negativo, damos vuelta a la hoja y dejamos que todo pase, permitimos que esa sensación de que el mundo está contra nosotros nos invada, y seguimos viviendo en tensión. Si vamos más despacio para analizar no sólo el resultado final, sino el camino en el que llegamos allí, podemos tener una mejor idea de cómo ocurrió todo.

Para empezar, cuestiónate a ti mismo qué es lo que estás sintiendo

No te limites a decir “tengo estrés”, trata de entender qué es lo que te hace sentir así.

Ya que sabes cómo te sientes, averigua qué es lo que te hace estar así. 

A veces es necesario ir un paso más allá que simplemente hacer unas preguntas para entender. Una vez que determines cómo te sientes y cuál es el factor estresante inmediato, sigue haciendo preguntas para llegar a la raíz del problema. ¿Por qué siempre te sientes presionado por el tiempo? ¿Por qué tomas proyectos adicionales cuando sabías que ya estabas ocupado?  Indaga para saber dónde se originó el factor estresante. Es posible que algunos picos de estrés podrían haberse evitado, y utilizar esa información para resolver las cosas de otra manera.

Arma un plan 

Después de resolver tus sentimientos y llegar al origen de tu estrés, debes sentirte con más poder respecto a cómo el mundo exterior te afecta. Ya no te sientes como la víctima y tienes el poder de hacer cambios controlables. No hagas nada drástico. Piensa en un área particular de tu vida que constantemente te estrese; supongamos que es la parte económica, entonces arma un plan para ahorrar un poco más de dinero al llevarte comida a la oficina o reducir el uso de taxis, entre otros detalles.

Cuando tenemos curiosidad sobre nuestra situación, somos capaces de tomar el control sobre nuestro estrés, reduciendo los efectos negativos y logrando un cambio potencial para nuestros días.

Con información de CBS.