Un nuevo estudio publicado en el sitio Independent Science News, afirma que el coronavirus surgió en una mina de China desde el 2012, luego de que un grupo de trabajadores contrajeran la enfermedad eliminando heces de murciélagos durante 14 días.

En aquél entonces, los mineros desarrollaron síntomas característicos a los de la Covid-19 como fiebre alta, tos seca, dolor en las extremidades y, en algunos casos, cefalea. Fueron tratados con métodos que actualmente se utilizan en la lucha contra el virus, no obstante, fallecieron.

Así que el coronavirus sería más antiguo de lo que pensamos y no se habría originado en un mercado de Wuhan, como hasta ahora se pensaba. La teoría fue propuesta por el virólogo Jonathan Latham y la bióloga molecular Allison Wilson; ambos de la organización Bioscience Resource Project en Ithaca, Estados Unidos.

Ellos revisaron la tesis de maestría escrita en 2013 por Li Xu, un médico chino que atendió a los mineros infectados y que además envió muestras de sus tejidos al Instituto de Virología de Wuhan para ser evaluadas. Allí establece que en abril del 2012 seis empleados de la mina de Mojiang, en Yunnan, recibieron tratamientos que incluían ventiladores, esteroides, anticoagulantes y antibióticos.

Esto porque después de realizar múltiples pruebas para la hepatitis, el dengue e incluso el VIH, Li tuvo que consultar con varios especialistas, entre ellos el virólogo Zhong Nanshan, que ahora se encuentra entre los asesores del Gobierno chino para manejar la pandemia actual. Asimismo, científicos del Instituto de Virología confirmaron que la fuente de infección era un coronavirus similar al SARS del murciélago 'Rhinolophus rouxii'.

Pero eso no es todo, pues Jonathan y Allison sugieren que el virus, tras evolucionar al SARS CoV-2, de alguna forma "escapó" del laboratorio de Wuhan en 2019 y llegó hasta los humanos, un argumento que rechazó contundentemente Yuan Zhiming, director del lugar.