México, 5 May. (Notimex).- El pintor y escultor Roger von Gunten (Zurich, Suiza, 1933) nacionalizado mexicano y radicado ya en el Pueblo Mágico de Tepoztlán, expresó hoy su manera de pensar en torno a la "Conciencia social del arte", título de su conferencia en la Fundación Sebastián por sus XV años.

 

Señaló que el colectivo artístico "Haz caso a tu corazón", que él apoya, es un claro ejemplo de la conciencia social que tiene y mantiene el arte. "Abarca a todo mundo, es totalmente incluyente, no hay buenos ni malos, ni amarillos, ni verdes, ni azules, ni rojos; aquí están quienes hacen caso a su corazón", dijo.

 

Antes de ofrecer su charla en la Fundación Sebastián, Von Gunten estuvo en el proyecto de arte público para que artistas, colectivos, grafiteros y quien así lo deseara, expresara su sentir ante la violencia actual, con la intervención artística de 500 cilindros, de 1.5 metros de alto y 40 centímetros de diámetro.

 

Cada pieza, llamada "Faro de paz", fue tocada por los artistas profesionales, incipientes y totalmente neófitos, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, quienes decidieron utilizar la metáfora "Haz caso a tu corazón", símbolo de la necesidad de escuchar el pulso de una vida colectiva, consciente y creativa.

 

Explicó que 300 de los 500 "Faros de Paz" fueron intervenidos por artistas y estudiantes de los Faros de Tláhuac y de Oriente, escuelas y colectivos de Veracruz, Morelos y el Distrito Federal. Los 200 restantes lo son este fin de semana por quien quiera, en la Plaza de Santo Domingo, Centro Histórico.

 

"A todo mundo le concierne atender a su corazón. Más vale hacerle caso para que no se nos distorsione porque de no hacerle caso, podría incluso dejar de latir? y ahí se acabo todo", dijo el artista visiblemente emocionado por poder interactuar con quien desea acercarse al arte, a través de sentimientos nobles.

 

Dijo que "es el órgano más importante de nuestra vitalidad y por eso creo que es incorrompible. A la mente se le puede conducir, manipular, distorsionar y traumatizar, pero al corazón no. Si el corazón no hace las cosas que nos hacen felices con regularidad y constancia, se podría, entonces sí, se distorsiona".

 

Con esa forma de pensar, abundó, "uno hace lo que tiene qué hacer, crear algo, porque la base de toda cultura es la cultura del corazón y si no se le alimenta con arte y se le escucha para que sigamos creando. México tiene una gran cultura del corazón en su gente, por el interés por el otro y por la comunidad".

 

Recordó que cuando llegó a México hace alrededor de cincuenta y tantos años, se sorprendió al ver a un país-nación, no un país-estado. "Las cosas han cambiado, pero la nación forma a este país con el corazón de todos sus habitantes", señaló el artista ante sus escuchas en la Fundación Sebastián.