Fumar es malo, ya lo sabemos. No importa que sepamos el daño que nos hace a los pulmones, a la garganta, a la salud en general e incluso, tampoco nos importa el pequeño detalle del desagradable olor que deja después de consumir un cigarro.

El tabaquismo mata a millones cada año y aunque digan que dejar de fumar es bueno, un nuevo estudio acaba de revelar que el genoma humano permanece dañado hasta 30 años después de haber dejado el vicio gracias a un proceso llamado metilación.

Publicado en la revista de la American Heart Association, Circulation: Cardiovascular Genetics, los expertos descubrieron que los genes asociados al tabaquismo contribuyen al desarrollo de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, tales como el cáncer de próstata, de estómago, de hígado, de bronquitis aguda o enfermedades coronarias.

El estudio analizó muestras de sangre de casi 16 mil participantes de 16 grupos incluidos en el consorcio CHARGE de investigaciones sobre el corazón y envejecimiento en epidemiología genómica, incluyendo un grupo de la Framingham Heart Study que los investigadores han seguido desde 1971.

En los casos de las personas fumadoras, los sitios de metilación del ADN asociados con el tabaquismo se relacionaron con más de 7.000 genes, lo que representa un tercio de los genes humanos conocidos.

Para sorprendernos aún más: la mayoría de los casos de metilación de ADN volvieron a la normalidad, algunos se mantuvieron incluso 30 años después, dejando una huella histórica en el ADN de los participantes.

Con información de EFE.