La necesidad de hacer algo diferente cada vez (y publicarlo en nuestras redes sociales) no tiene límites y los empresarios lo saben de sobra, por eso siempre nacen nuevas propuestas para divertirse y pasar un rato ya sea en compañía o a solas.
Pero siempre hay conceptos que se salen de cualquier molde, ese es el caso de Alcotraz.
En este bar ubicado en Reino Unido, te reciben los guardias más mal encarados que has visto y prácticamente sin pedir permiso te ponen contra la pared como para hacerte una revisión digna de cualquier película de policías y ladrones.
Luego del nada caluroso recibimiento debes uniformarte como reo con un uniforme que inevitablemente recuerda a la serie de Netflix Orange is the New Black.
Quienes acuden al lugar pasan dos horas como presidiarios, son tratados como tales y sometidos brutalmente por el personal, pero tienen buenos tragos y a sus amigos para pasar el momento.
El bar es concepto Sam Shearman, un empresario de 27 años y está formado por una serie de pequeñas celdas con rejas de metal, mal iluminadas y decoradas con grafittis supuestamente hechos por de expresidiarios.
"Alcotraz es una combinación única de teatro de inmersión, con actores (que interpretan al personal penitenciario) y mixología", el arte de hacer cócteles, explica.
Encerrados en sus celdas, los detenidos deben someterse a la implacable inspección de la directora de Alcotraz, la temible Carol-Ann Hooks-Johnson, "¿Qué te acabo de decir?", le grita a un participante que ignora una de sus órdenes.
A pesar de lo que puedas creer, los clientes, se prestan toda clase de dinámicas humillantes como besar los zapatos de los otros presos y lo hacen con buen humor.
"Es un poco intimidante, pero te ríes mucho", dice uno de ellos. "¡Tienes que vivirlo al menos una vez en tu vida!".
Con información de AFP. Fotos: Ben Stansall / AFP