Para muchos, la cerveza sin alcohol no debería existir: sin embargo, un estudio realizado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), acaba de revelar que su consumo trae diversos beneficios a la salud.

De hecho, la cerveza sin alcohol mejora el funcionamiento del aparato digestivo, nos ayuda a bajar los niveles de glucosa en ayunas y no solo eso, también regula las bacterias estomacales y mejora la funcionalidad de las células beta del páncreas.

Para llegar a esta conclusión, el estudio analizó a 35 personas entre los 20 y los 40 años; el 50% eran hombres y el otro 50 mujeres, quienes tenían que beber a lo largo de 30 días una cerveza sin alcohol tipo Lager, mientras acompañaban sus alimentos.

Las pruebas bioquímicas se realizaron cada 15 días evaluando los metabolitos en sangre, revelando que esta bebida genera también un cambio en la diversidad de la microbiota intestinal de las personas participantes, donde la abundancia de bacterias que tenían originalmente se modificó, aumentando la existencia de la bacteria llamada Bacteroidetes, en relación a otra conocida como Firmicutes, que cuando existe obesidad, se desbalancean ambas en el colon.

El consumo de cerveza sin alcohol las aumenta, equilibrando ambas bacterias que derivan en un beneficio para la salud y una buena noticia para los cerveceros de corazón: según Jaime García Mena, investigador, el consumo de cerveza moderada no aumenta la grasa ventral (panza), ni causa obesidad y menos aumenta la presión arterial.

Recuerda, ¡nada con exceso, todo con medida!

Con información de Starmedia / Fotos Cuartoscuro