México.- Para el Papa Francisco, el problema de la seguridad no se agota encarcelando y la reinserción no comienza en las paredes de una cárcel.
En el Centro de Readaptación Social estatal (Cereso) número 3, en Ciudad Juárez, Chihuahua, ante unos 800 internos, el pontífice les pidió luchar desde ahí adentro a revertir las situaciones que generan más exclusion.
“A veces pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de rehabilitación que permitan atender los problemas sociales, sicológicos y familiares que llevaron a una persona a determinada actitud.
“El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social”, destacó.
Sostuvo que “la misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza acá en estas paredes; sino que comienza antes, comienza afuera en las calles de la ciudad. La reinserción o rehabilitación comienza creando un sistema que podríamos llamarlo de salud social, es decir, una sociedad que busque no enfermar contaminando las relaciones en el barrio, en la escuela, en las plazas, en las calles, en los hogares, en todo el espectro social”.
El pontífice dijo que “la reinserción social comienza insertando a todos nuestros hijos en las escuelas, y a sus familias en trabajos dignos, generando espacios públicos de esparcimiento y recreación, habilitando instancias de participación ciudadana, servicios sanitarios y acceso a los servicios básicos por nombrar solo algunas medidas”.
El Papa hizo un llamado a romper los círculos de la violencia y la delincuencia, pues “ya tenemos varias décadas perdidas, pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando, sacándonos los problemas de encima, creyendo que estas medidas solucionan verdaderamente los problemas”.