Pepillo Origel le ofreció disculpas a Laura Zapata por augurar la muerte de su abuela, doña Eva Mange, quien ha enfrentado severos problemas de salud en los últimos años.

El pasado 18 de mayo, Laura Zapata informó que su abuela, de 104 años de edad, había sido hospitalizada en Ciudad de México por un cuadro de anemia.

Ante ello, Pepillo Origel opinó que lo mejor era que Dios recibiera a doña Eva Mange de una vez por todas, pues ya no era vida lo que estaba viviendo.

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Pepillo Origel sobre la abuela de Laura Zapata: “no es que yo le esté pidiendo a Dios que se vaya”

El comentario de Pepillo Origel llegó a oídos de Laura Zapata, quien explotó en su contra cuestionando quién era el comunicador para decidir si su abuela debía o no vivir.

Ante la fúrica reacción de Laura Zapata, Pepillo Origel recurrió a su cuenta de Instagram el viernes 20 de mayo para enviarle un mensaje conciliador a la hermana de Thalía.

A través de un video, Pepillo Origel comenzó expresando el gran cariño que le tiene a doña Eva Mange, pues dijo, la considera una gran mujer y una excelente abuela.

Enseguida, Pepillo Origel le explicó a Laura Zapata qué quiso decir cuando pidió a Dios que ya recibiera a la abuela:

“El que yo haya dicho que Dios la recogiera, no es que yo le esté pidiendo a Dios que se vaya, esa tristeza que me da que a los cento y tantos años la señora esté sufriendo... no es nada más decirle a doña Eva, es decirle a todo el mundo que está sufriendo, que está mejor en otro lado”

Pepillo Origel
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Pepillo Origel a Laura Zapata: “No soy nadie para decir si vive o no vive” tu abuela

Pepillo Origel continuó su mensaje ofreciendo disculpas a Laura Zapata por el mal entendido que generaron sus palabras:

“Te ofrezco una disculpa, perdóname, nunca, no soy nadie para decir si vive o no vive, que se vaya o que no se vaya, que Dios quiera y qué bueno que te tenga a ti, para que la cuides. Perdón, que Dios te bendiga y que Dios bendiga a doña Eva”

Pepillo Origel

“El que yo haya dicho que Dios la recogiera, no es que yo le esté pidiendo a Dios que se vaya, esa tristeza que me da que a los cento y tantos años la señora esté sufriendo... no es nada más decirle a doña Eva, es decirle a todo el mundo que está sufriendo, que está mejor en otro lado”