Hace unas horas, el integrante del grupo Botellita de Jerez, Armando Vega Gil, publicó a través de Twitter una carta póstuma con la que anunciaba su supuesto suicidio tras haber sido acusado de acoso y abuso sexual. 

Todo surgió con el movimiento #MeToo que desde hace ya un año ha tomado fuerza en diferentes momentos y cobra aún más relevancia bajo ciertas circunstancias o hechos coyunturales; es así que unos días atrás comenzaron a surgir denuncias de abusos, acoso y violación sexual hacia creativos mexicanos de rubros como el periodismo, la literatura y la música. 

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Bajo el hashtag #MeTooMusicosMexicanos, Vega Gil fue nombrado en un testimonio anónimo que ha sido borrada ya de la red pues la cuenta que se recogía fue borrada sin explicaciones; no se sabe si los mismos usuarios la denunciaron hasta hacerla caer o si les administradores de la misma optaron por deshabilitarla. 

En la antes mencionada carta póstuma, Vega Gil niega su culpabilidad pero asegura que "mi vida está detenida, no hay salida". 

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La acusación 

De acuerdo con el testimonio, una joven de entonces 13 años, conoció al integrante de Botellita de Jerez  (banda a la que admiraba) y comenzó a sostener comunicación con él a través de Internet bajo la promesa de obtener material inédito de la agrupación, pero las cosas cambiaron de tono en algún momento. 

Aunque ya no existe el tweet original con la información completa, Infobae recapitula sobre la narración y destacó que el músico "le tomó fotos que la hicieron sentir incómoda y después le hizo comentarios con implicaciones sexuales".