La relación de Justin Bieber con la fama nunca ha sido buena. Pese a haber conquistado millones de oídos, tener el peso de toda esa atención encima y gozar de lujos inimaginables, el cantante se sintió vacío por muchos años por lo que comenzó a hacer estupideces, comportamiento que nadie olvida, mucho menos él, quien no se avergüenza de su pasado, al contrario, lo sigue desenterrando para motivar y ayudar a quienes lo necesitan.

"No quiero dejar que la vergüenza de mi pasado dicte lo que puedo hacer ahora por la gente. Muchas personas dejan que su pasado les pese y nunca hacen lo que quieren porque piensan que no son lo suficientemente buenos. Pero yo solo digo: 'Hice un montón de estupideces. Está bien. Todavía estoy disponible para ayudar. Y todavía soy digno de ayudar'", cita Bieber en la reciente entrevista que la revista GQ le realizó, donde se centró en el tema de las drogas, el matrimonio y la religión.

Ansioso por contar su historia, Justin Bieber recordó cómo fueron sus primeros años dentro de la industria musical, se reprocha haber trabajado tanto de joven al punto que entristeció mucho: “extrañaba a mis amigos, extrañaba la normalidad”, se sincera y cuenta que alguna vez escondió su pasaporte para así poder evitar su compromiso con el programa Today Show. “Iba a hacer cualquier cosa para poder ser normal en ese momento”, justifica, pero sus compromisos no podían desecharse de un día a otro. "Tenía el sueño de convertirme en la superestrella más grande del mundo”, admite.

A sus 15 años, Bieber ya tenía dinero, fama y atención, pero le faltaba algo: "Te despiertas un día y… estás infeliz y tienes todo este éxito en el mundo, pero estás como: Bueno, ¿de qué vale esto si todavía me siento vacío por dentro?”, reprocha.

Pese que estaba rodeado de gente gran parte del tiempo, se sentía solo, por lo que fue fácil e inevitable tomar el camino libre, consumió drogas para escapar de su realidad: “Para mi las drogas eran un agente adormecedor”. Llegaron los excesos y con ello el peligro por lo que sus guardias de seguridad entraban por las noches a su habitación y revisaban su pulso para asegurarse que seguía vivo.

Justin Bieber inicia su lucha contra las drogas

Fue en el año 2017, durante su gira mundial cuando Justin Bieber canceló fechas sin importarle el dinero que perdería. Un día despertó sin saber quién era y eso lo asustó, tanto que puso manos a la obra. Solo él podía salvarse. Intentó averiguar qué le pasaba y cómo solucionarlo. 

Fue difícil hallar la respuesta al porqué de la depresión de Justin, de su vacío; le administraron antidepresivos y más tarde le diagnosticaron la enfermedad de Lyme y la mononucleosis.

La fe y su matrimonio frenaron destrucción de Justin Bieber

Justin Bieber está casado con Hailey Baldwin Bieber, quien se preocupa por él como nadie lo ha querido nunca, asegura y decirlo en voz alta lo hace feliz. Ella llegó a su vida en el momento justo, como si el destino hubiera estado escrito. El canadiense se aventuró a iniciar un matrimonio porque realmente era su sueño: "Sentí que esa era mi vocación. Solo casarme y tener bebés y hacer todo eso”, declara y antes de que surjan chismes asegura que la familia crecerá en un futuro aunque no muy cercano.

Y si aún te lo preguntas, Hailey fue la primera pieza de su redención y luego está Dios. Bieber se siente bendecido porque ya no está solo, se siente apoyado por su pareja y confía sus días a Jesucristo. El matrimonio profesa la misma religión, lo que los une y fortalece.