Flor Silvestre murió a los 90 años de edad este 26 de noviembre en el rancho El Soyate, en Zacatecas. Se dice que estuvo rodeada de sus hijos, nietos y de música hasta el último suspiro.

La familia organizó una misa frente a la tumba donde se encuentran los restos de Don Antonio Aguilar, esposo y padre de los Aguilar. El cantante Pepe Aguilar evocó los momentos de felicidad que su madre tuvo con ellos, lo grande que fue como artista y lo extraordinaria que resultó como pareja.

Se comprometió, frente al cuerpo de su madre, tal y como lo sugirió el sacerdote que ofició la celebración, a mantener la armonía y la paz familiar, que sus padres crearon. 

En la ceremonia participaron los nietos, entre ellos Ameli y Angela Aguilar; también se escucharon temas al son del mariachi y la Banda. El rancho El Soyate se llenó de coronas y adornos florales a manera de homenaje para despedir a Flor Silvestre, diva de la canción y del séptimo arte.

“Hizo de la nada un lugar como este, la señora Flor era medio enojóna, Toño era su preferido, era una mujer muy buena, una mujer de valores profundos y así nos educó, yo me quiero quedar con mi madre chistosa, coqueta, bromista, la que nos daba todo, guapa divina, con su labial, sus uñas largas”

Pepe Aguilar

Con voz pausada, Aguilar compartió que luego de 13 años de que se fue su papá, su madre deseaba tanto poder alcanzarlo, y ahora estarán juntos.

Abrazó con sus palabras a sus hermanos Paco Malgesto Jr, Dalila Inés y Marcela Rubiales, hijos del primer matrimonio de la cantante.