Paloma Gálvez, viuda de José Alfredo Jiménez y musa de "Paloma querida", falleció el pasado 31 de julio en su casa de la Ciudad de México por causas naturales a los 97 años. Hasta el último día de su vida escuchó las melodías de su más grande amor. 

"Mi madre lo único que tenía eran años y fue muy feliz porque se pudo despedir de todos, desde nietos y bisnietos y su ánimo nunca lo perdió porque a la enfermera en sus últimas horas le dijo: 'tráeme un poquito de vino'", contó su hijo, José Alfredo Jiménez Gálvez. 

El también presidente del Catálogo de Oro de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), dijo que más allá del dolor, el episodio es el inicio de una fiesta en la que los recuerdos inundaron la sala de velación, pues el reporte médico no señalaba enfermedad alguna.

"Ella nunca dejó de oír las canciones que mi padre le compuso, incluso tampoco olvidaba los enojos que algún día tuvo con él, porque en ocasiones me decía 'ni me pongas esta canción, porque recuerdo que me hizo enojar cuando me la interpretó'", recuerda. 

Paloma Gálvez fue inspiración de la mayoría de las canciones que compuso el guanajuatense. A ella le dejó las ganancias de 153 melodías como parte de los bienes mancomunados de su matrimonio. 

Foto: José Alfredo Jiménez y Paloma Gálvez / Notimex