Una sola pintura de entre las más de 140 que se exhiben en Zapata después de Zapata en el Museo del Palacio de Bellas Artes ha levantado de la furia de decenas de personas -incluidos algunos descendientes de Emiliano Zapata- que acudieron al recinto este 10 de diciembre para manifestarse contra el INBA, el arte y la libre expresión.

Fue la obra “La Revolución” del artista Fabián Chairez la que causó revuelo al mostrar al que las redes sociales ya han bautizado como “Zapata gay”; un hombre desnudo que representa al general con su emblemático bigote, un sombrero rosa y zapatillas negras con tacones formados por el cañón de una pistola, montando un caballo blanco con el pene erecto.

Pese a la presión de los diversos grupos que acudieron al museo ubicado en el centro histórico Antonio Martínez, vocero de Comunicación Social de la Secretaría de Cultura, explicó que no se retirará la pintura que ha hecho surgir los comentarios más homofóbicos, machistas, racistas y clasistas que se han visto en los últimos días (y eso ya es mucho decir).

Con todo el contexto anterior, quizá te mueres de ganas por estar frente a la obra del talentoso artista mexicano y aunque es muy importante observarla en Bellas Artes -para reconocer el talento del artista que cuestiona al machismo mexicano y las masculinidades tóxicas-, el gigante de mármol no es la única opción.

Muy cerquita del Palacio, sólo unas cuadras más hacia el Zócalo, en la calle de República de Cuba, el trabajo de Chairez está expuesto en su máximo esplendor. Primero, el polémico retrato tiene una enorme réplica en un mural del famoso e icónico Marrakech, uno de los lugares que más historias podría contar sobre la población LGBTI de la actualidad.

En segundo lugar, pero no menos importante, Fabián expone de manera permanente una serie de vitrales en La Purísima, otro de los puntos de encuentro favoritos en la ciudad.