Hace casi un año, en marzo de 2019, Philip Howard andaba en bicicleta e las calles de Notting Hill Gate, en Londres, Inglaterra, cuando un semáforo en rojo lo hizo detenerse junto al auto de Faisal Alizada, un joven de 23 años que lo insultó y escupió por el simple hecho de usar una licra color rosa.

En el ataque homofóbico, Alizada le gritó “chico gay” a Philip; aunque la palabra gay no es un insulto, bajo el contexto en que fue usada esa vez, las autoridades locales la consideraron como una ofensa. Además, tras el acoso verbal, el agresor lanzó un escupitajo a la víctima que declaró haber sido agredido por "parecer gay".

Howard procedió a realizar una denuncia y más de nueve meses después consiguieron llevar a la corte al acusado siguiendo la única pista que tenían: el ADN en la saliva que quedó sobre la ropa del agredido. Pese a la evidencia, él lo negó todo.

El juez de distrito Samuel Goozee lo declaró culpable de agresiones por escupir a Howard y durante el juicio detalló que: "escupir a una persona es aborrecible, pero la naturaleza homofóbica del asalto lo hace mucho más grave”. Basándose en su análisis, la autoridad sentenció a Alizada a permanecer ocho semanas en la cárcel.

Pese a las súplicas del acusado que pidió no ser enviado a prisión argumentando que sus problemas de ansiedad aumentarían, el juez se mantuvo firme e incluso aumentó una semana a la condena porque el culpable había faltado a audiencias pasadas. Aunado a todo lo anterior, en el pasado, Alizada ya había estado en la cárcel por asalto y daño corporal.

Durante el juicio Goozee le dejó claró al acusado que sabía que su arrepentimiento y sus disculpas para Philip no eran sinceras.

“Estoy convencido de que actuaste consciente e intencionalmente contra Howard. No creo que tu disculpa tenga un remordimiento genuino”<br>

Samuel Goozee. Juez de distrito