Otra noche épica en el Wanda Metropolitano se vivió este martes 18 de febrero en el regreso de la Champions League, en su fase más emocionante. Y es que el Atlético de Madrid pegó una tremenda sorpresa al vencer por la mínima al 'todopoderoso' Liverpool, actual campeón de la competición, en el duelo de ida de los octavos de final. 

Un solitario gol de Saúl Ñíguez al minuto 4 fue el que definió un partido marcado por la intensidad que Diego 'Cholo' Simeone logró transmitir, como siempre, a sus futbolistas, que salieron como auténticas fieras a comerse a sus presas.

Fue en un tiro de esquina cuando el balón se estrelló en los pies de Fabinho, quien corrió con la mala fortuna de dejarle el balón al mediocampista colchonero, que solo tuvo que empujar el esférico al fondo de las redes para hacer explotar las miles de gargantas rojiblancas. 

Mucha posesión, cero disparos a puerta 

El Atleti no disminuyó la intensidad y siguió presionando a un cuadro de Liverpool que tuvo una posesión de más del 70 por ciento, aunque no logró disparar ni una sola ocasión con dirección a portería. 

Una de las llegadas más peligrosas de los de Jürgen Klopp fue un disparo de media distancia por parte de Jordan Henderson que pasó a unos centímetros de la portería custodiada por Jan Oblak. 

Álvaro Morata tuvo la oportunidad perfecta para ampliar la ventaja en el marcador. El español recibió el esférico a la altura del manchón penal; sin embargo, justo antes de impactar resbaló y mandó el balón por los cielos. 

Los 'Reds' no tuvieron capacidad de reacción pese a manejar por completo el balón, pues en frente estaba un Atlético motivado pues prácticamente se juega toda la temporada, incluso la continuidad del 'Cholo' para el próximo curso. 

Con este marcador, el Atlético de Madrid da un golpe en la mesa y de paso deja al Liverpool al borde de la eliminación, pues además del resultado se va de territorio madrileño sin un gol como visitante, lo que complicará aún más el duelo de vuelta, el cual se jugará el próximo 11de marzo en Anfield.