El FC Barcelona pasó un tremendo susto ante el modesto UD Ibiza en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, pero apareció Antoine Griezmann para evitar el ridículo culé en apenas el segundo partido de Quique Setién como entrenador azulgrana. 

Y es que pese a que el cuadro culé comenzó tocando el balón, fue el Ibiza el que dio la primera sorpresa de la noche al minuto 9, cuando Josep Caballe Martín definió de pierna zurda después de una buena jugada por sector izquierdo. 

El Barça terminó el primer tiempo con una posesión de balón superior al 80 por ciento, aunque sin un solo disparo a portería; mientras que el Ibiza estuvo más cerca de marcar el segundo gol, pues les anularon un tanto por una polémica falta y estrellaron un balón en el poste. 

Griezmann evitó el ridículo en tiempo de reposición

Quique Setién, quien vivió su segundo partido como entrenador culé, decidió hacer cambios para la segunda mitad, entre ellos la entrada de Jordi Alba y Arturo Vidal. 

El equipo catalán seguía sin disparar a puerta, mientras que el conjunto local mantenía una intensidad que pronto les pasaría factura en el aspecto físico. 

Fue al minuto 76 cuando, con un gran pase filtrado de Frankie de Jong, Antoine Griezmann definió de pierna zurda para igualar el marcador. 

La esperanza del Ibiza radiaba en resistir los minutos finales para mandar el partido a los penales; sin embargo, el árbitro dio seis minutos de tiempo agregado, situación que fue aprovechada por Griezmann, quien al minuto anotó el 2-1 final tras otro gran pase filtrado. 

Fue así que el delantero francés, máximo responsable del equipo ante las ausencias de Lionel Messi y Luis Suárez, evitó el ridículo azulgrana y selló el pase a los octavos de final de la Copa del Rey, ante un Ibiza que estuvo a punto de dar una enorme sorpresa.