Estados Unidos.- El grito homofóbico no estaba muerto, sólo andaba de parranda en California. Pues ayer durante el juego que México disputó ante El Salvador en Copa Oro, volvió a escucharse previo a que el arquero de la Selecta sirviera de meta.

En esta ocasión la hinchada que se dio cita en el Estadio Qualcomm protagonizó la deleznable muestra que ya ha costado al futbol mexicano innumerables sanciones económicas, así como la advertencia, durante Copa Confederaciones, de detener e incluso suspender definitivamente el partido en caso de suscitarse la penosa expresión.

Mucho trabajo tiene que realizar la Femexfut con el afán de erradicar esta muestra discriminatoria, de lo contrario el Tricolor podría perder puntos en la mesa o bien, el Estadio Azteca sufriría partidos de veto y el combinado verde tendría que ir a jugar en otras ciudades los juegos que como local resten en las Eliminatorias rumbo a la próxima Copa del Mundo.