En el transcurso de la semana, a través de twitter se han dado con todo el conductor de Es la Hora de Opinar y columnista de Excelsior, Leo Zuckermann con el académico de la UNAM y columnista de La Jornada, John Ackerman. El tema central de las discusiones y tweets es sobre López Obrador. Pero la discusión la llevaron a un matiz personal, se engancharon ambos personajes. Ackerman llamó a Zuckermannn como intolerante y autoritario. Mientras que Leo llamó al columnista de La Jornada como “Bannon región 4”. Así de acalorada estuvo la situación en twitter.

Cabe señalar que Ackerman exagera y se equivoca al etiquetar a Leo Zuckermann como si fuera de la calaña de columnistas – que también pueden ser merolicos o comediantes−, como Pablo Hiriart y Ricardo Alemán. Hay una diferencia abismal entre Zuckermann y esos dos columnistas. Me parece que esa comparación fue el insulto más grande que le pudo haber hecho a Leo Zuckermann. Pero también Leo llamó “Bannon” a Ackerman. Y de paso el estadounidense embarró a Don Fede como parte de un supuesto operativo de intelectuales que están en su contra. Ni al caso Zuckermann y Arreola siendo de la calaña de Hiriart y Alemán.

Leo Zuckermann en su columna del día lunes plantea sobre dos posibles vertientes −un tanto ideológicas por llamarlo de algún modo−, en López Obrador. Dichas vertientes suenan muy interesantes; ¿A cuál López Obrador creerle? ¿Al de Romo o al de Ackerman? Zuckermann etiqueta a John Ackerman como la parte fanática y radical de la izquierda que permea en el grupo de López Obrador. Por otra parte, a Alfonso Romo lo cataloga como la parte que está del lado del libre mercado, empresarios, etcétera.

En resumen, Zuckermann ve a Romo y Ackerman como dos paradojas dentro del grupo de López Obrador. Desde luego el columnista de Excelsior se inclina hacia Romo por la afinidad un tanto ideológica. A John Ackerman lo ve de manera similar −yo diría que de manera idéntica−, a Fernández Noroña. Si se toma está analogía de Ackerman y Noroña como una crítica, creo que es acertada.

La comparación del estadounidense con Noroña si es casi idéntica y si son radicales. Es común ver a estos personajes de la izquierda mexicana ser muy viscerales. En twitter por ejemplo, es común ver peleas de Noroña y Ackerman con quienes los critican. Hay ocasiones en que llegan a insultar a quienes piensan diferente, pero desde luego hay twitteros que agreden de peor manera.

En fin, la critica que hace Zuckermann es referente a que esa parte radical estuvo y sigue estando en el grupo político de López Obrador. Hay que recordar que Morena y López Obrador están captando “el mercado electoral” de izquierda, en parte por la casi extinción del PRD y por otra parte porque los militantes de Morena dicen ser de izquierda. Para esa captación es necesario gente como Ackerman. Como crítica, es acertada, no lo veo como ataque. Caso contrario en Ricardo Alemán por ejemplo, que caen de lo grosero, inverosímil y ridículo.

Decir que Ackerman representa esa parte radical en López Obrador hace sentido, pero no es el único que puede abanderar esa parte radical. El dilema que plantea Zuckermann es en parte por el pleito que trae con John Ackerman. Como crítica y análisis al movimiento de López Obrador, me parece acertado. Pero poner el dilema de “Ackerman o Romo” ya adquiere otro matiz la crítica, como lo blanco y lo negro o el malo y el bueno. Esa dicotomía que plantea Zuckermann si lleva tema personal con el estadounidense.

Para la parte de López Obrador, creo que es necesaria la colaboración de alguien como Ackerman en ese movimiento. El detalle es cuando el estadounidense se pone visceral, creo que si puede afectar un poco a López Obrador. Sobre todo, si buscan votantes de otras ideologías o partidos. Hay que recordar que en México puede haber muchos votantes antisistema que puede captar el tabasqueño, sobre todo porque Morena será el único movimiento real antisistema que puede ganar la elección de 2018. Aquí sí se puede afectar López Obrador en su parte radical como lo plantea Leo Zuckermann. Entonces para eso hay gente como Romo.

La comparación Romo y Ackerman más que paradojas son una especie de equilibrio que tiene el movimiento de López Obrador, se pueden complementar. No se ve el hecho de si una parte es mejor que otra, son necesarias.

Hay comparaciones peores que no critican, como por ejemplo Luis Videgaray que dejó una deuda pública enorme y sigue en el gobierno. Otro ejemplo es Felipe Calderón que tanto daño ha hecho al país y hay quienes piensan regresarlo a Los Pinos a través de Margarita Zavala. O el más reciente caso de Arturo Montiel quien estuvo presente en la toma de protesta de Del Mazo como candidato a gobernador del Edomex. Esos casos si deben ser comparables y preocupantes.

John Ackerman es un radical, sí, pero es un personaje que le dedica mucho a México a pesar de haber nacido en Estado Unidos. El estadounidense pude ser radical pero no es un saqueador como los Duarte, Moreira, Borge y demás. ojalá todos los mexicanos tuviéramos la mitad del activismo que tiene John Ackerman.

Pues bueno, fue interesante la comparación de Leo Zuckermann a quien yo admiro demasiado, pero creo que está exagerando. John Ackerman es un gringo que piensa como mexicano y Zuckermann es un mexicano que piensa como gringo. ¿Cuál es el problema? Si ambos son personajes rescatables en la opinión pública y buscan lo mejor para México, pueden disertar sin dividir opiniones.

Twitter: @Hugo_Canelo