Volkswagen de México mandó a casa a casi todos sus trabajadores (con paga, naturalmente), menos un grupo de ingenieros mexicanos. Con ellos, universidades y la secretaría de salud de Puebla se dieron a la tarea de crear dispositivos de asistencia respiratoria.

No deben confundirse con los ventiladores usados en terapia intensiva, aunque pueden usarse cuando no hay estos últimos y así apoyar a los pacientes por unos días en lo que se desocupan los otros.

Crearon 50 dispositivos, con una calidad tan alta y pensando en los enfermos y personal médico que los aparatos cuentan con un filtro que permite la limpieza más sencilla (y sin posibilidad de contagio) para después de haberse usado en un paciente infectado, sea utilizado por otro.

Los tienen listos para regalar. Con un pequeño “pero” que le da al traste el trabajo en conjunto entre gobierno estatal, iniciativa privada y la inventiva de muchos mexicanos, en tiempo récord: ¡5 semanas desde la idea, planos, desarrollo y producción!

El problema es que la COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios) sigue sin dar la aprobación para el uso de los respiradores. No solo los fabricados por VW, también los de otras 4 empresas. Poco importa que los 50 dispositivos de asistencia respiratoria fabricados en una empresa alemana-poblana, por mexicanos para ayudar a infectados hospitalizados, fueran a ser donados.

No se entiende la decisión de COFEPRIS de atrasar la aprobación de dichos dispositivos. Máxime cuando los ventiladores chinos, estadounidenses y otros vendidos a sobreprecio no han tenido una sola traba ante la COFEPRIS. Lo que hoy VW requiere es que dicha instancia provea uno de los pulmones artificiales para terminar de calibrar los dispositivos a la presión adecuada del cuerpo humano. Con eso, en cuestión de horas, el aparato podría ser utilizado por quienes lo necesitan.

Quienes vivimos en Puebla, sabemos que VW ha profesado su amor a nuestro país más allá de su última propaganda (muy cierta, por cierto). Más de 12,000 familias dependen de forma directa en Puebla de Volkswagen y al menos unas 5,000 en Audi, más las que dependen de forma indirecta.

VW México (por Puebla, Audi y su planta en Guanajuato) han donado mascarillas, equipo de protección para los hospitales de toda la República. ¡Qué lástima que COFEPRIS no valore a los ingenieros mexicanos, ni su inventiva! Tampoco el trabajo conjunto entre un gobierno estatal morenista y la iniciativa privada.

Es increíble que ante la necesidad de contar con mayor número de equipos para apoyar a los infectados, la COFEPRIS desprecie y no permita la fructificación de lo logrado por tanta gente y prefiera, porque esa es la única lectura, no permitir dar un respiro a tanta gente que lo necesita. Así las prioridades de la 4T. La gente, los enfermos, la inventiva nacional, no están en esas prioridades.