Hablar de violencia en estos días se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, durante años se vivió con la consigna que de golpe al llegar al poder se iba a terminar con la corrupción, opresión e impunidad y todos los males que aquejaban al país, para lograr avanzar en favor de los pobres. Hoy que ya somos gobierno, mayoría en el congreso, que tenemos la presidencia de la república, nos damos cuenta que estamos muy lejos de la realidad idealista de acabar con todo de un día para otro, que el camino para lograr la paz y la reconciliación es un arduo trabajo que apenas comienza, hemos sufrido por años y décadas el yugo de la violencia en todos los sentidos, que tenemos que poner de nuestra parte para poder erradicarla, no podemos desesperar y flaquear hoy que hemos dado inicio a la cuarta transformación, al cambio verdadero.

No es fácil y de sobra lo sé, porque lo veo y lo vivo a diario, que no tenemos la más mínima idea de cómo cooperar para trabajar de manera conjunta entre sociedad y gobierno, deben de cambiar muchas cosas de fondo, reeducar nuestros pensamientos para dejar de ser el pueblo sometido, ese pueblo que se queja por todo sin hacer nada, que quede claro que no por decisión propia, sino porque antes así estábamos manipulados por el viejo régimen, ese que ya no queremos que regrese, esa cúpula del poder que el único objetivo que tenían era tener acaparado el poder y con ello violentar nuestros derechos una y otra vez. Esto “se terminó” el día que por primera vez pudimos hacer historia al sacar al PRI de los pinos por allá en el año 2000, aunque nos desilusionó con el tiempo ver que solo cambiaron las siglas del partido pero que en el fondo los que mueven los hilos siguen detrás, no dejemos de confiar y trabajar en que, si podemos aspirar a ser un país de oportunidades para todos, hoy en nuestras manos tenemos el camino para lograrlo, exigiendo resultados y no callando ante los atropellos de las personas clave que están dentro de este gobierno del cambio.

Tener a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia debe de ser una oportunidad histórica para todas y todos de lograr cambios radicales dentro de las políticas públicas y no dejar la más mínima esperanza a los de arriba para que regresen al poder, el pueblo es el que manda y el que decide y sigo confiando en que así será, toda una vida de lucha no puede terminar en una mentira de querer llegar a portar la banda presidencial y a tener el nombre escrito en la lista de presidentes de México, en cambio sí creo que AMLO será un parteaguas muy importante y prometedor que realmente nos llevará a tener calidad de vida, señor presidente espero que el mundo del poder no lo envuelva, sé que es humano y vulnerable, pero recuerde que su honestidad, sus palabras y sus actos son la esperanza de millones de mexicanas y mexicanos, la jornada del primero de julio se me quedó grabada en la memoria, así como en la memoria de quienes confiamos y creemos en su palabra. No Robar, No Mentir, No Traicionar.

Sigamos juntas y juntos en la lucha apoyando desde nuestra trinchera para que podamos seguir en este camino hacia el 2024, yo ya tengo a mi favorita para seguir en el camino de la paz que tanta falta nos está haciendo y que la necesitamos para darle continuidad al proyecto de nación que hoy está naciendo con bastante convicción y apoyo del pueblo de México, tú que me lees involúcrate e involucra a tus conocidos y conocidas para que autoricen a los candidatos a ocupar puestos de elección popular que no nos impongan a corruptos e impunes, ya que solo teniendo a personas con vocación de servir, honorables, honestas, idealistas que nos representen, lograremos el cambio que merecemos. Fomentemos la reconciliación y la paz, cambiemos el discurso de odio por el discurso de amor, nuestros pensamientos negativos por pensamientos positivos y alimentemos la esperanza por el bien de las futuras generaciones y la propia. Abrazo fraterno.