Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades. <br>

Miguel de Cervantes

Yo tan poesía y tú tan puro cuento.<br>

Expresión popular

El secretario de Medio Ambiente quiere abandonar el gobierno de López Obrador. Lo pide a gritos. Y no es de ahora. El audio de sus opiniones sobre la 4T y diversos miembros del gabinete que circula en medios y redes sociales es de septiembre de 2019, hace prácticamente un año. Sus palabras y el que se ventilen ahora (independientemente de que el funcionario no haya hecho nada por impedirlo) indican sin lugar a dudas que no permanecerá en su puesto.

El hecho es que las divisiones al interior de la 4T se asoman muy evidentemente con lo expuesto por Víctor Toledo. Pero desde la presentación del gabinete presidencial, todavía siendo AMLO candidato, algunos se preguntaban ya cómo podrían llegar a convivir personajes de tan diferentes credos bajo la misma ideología. Y ahora sabemos que, en realidad, lo único que une a un grupo tan dispar es López Obrador, ello hablando tanto de su equipo como de Morena.

El germen de la separación no es exclusivo de este instituto político, se conoció antes en el PRD con sus tribus y escisiones. Lo vemos ahora también con el PT y los pleitos con su aliado, Encuentro Social. Y es que solo el PRI fue cómo “botica”: de todo había aunque, eso sí, siempre con férreo control y absoluta disciplina.

Pero volviendo al presente, ahora se conoce por el audio las inquinas, desacuerdos y alguna que otra próxima ruptura dentro de la 4T.

Desde la necedad del ejecutivo federal de insertar a Hugo López-Gatell como un posible aspirante a ser candidato presidencial de Morena para el 2024. Pasando por la insistencia en sumar contradicciones en su equipo más cercano. Hasta el que López Obrador no permite el disenso ni ser cuestionado aun cuando se trate de personajes externos. Todo abona. Ya lo hemos dicho antes, probablemente AMLO propicia esas rupturas dentro y fuera de la 4T para lucir él como el único individuo que sí está del lado “correcto” de la historia...

Además, generar ese efecto en el ámbito, digamos, más académico es sencillo, y Víctor Toledo aunque fue hasta hace poco un ferviente creyente de Regeneración Nacional, es ante todo un académico en el sentido tradicional de la palabra.

Así, dadas sus credenciales, es incluso normal que, una vez metido “a la grilla burocrática”, no haya estado dispuesto a guardar silencio en cuestiones que él conoce y considera erróneas. Los académicos sumergidos en política tienden a ser muy indisciplinados, y normalmente con razón.

Eso, o llevan sus ideas más allá de lo entendible... Como cuando Toledo sostuvo que las turbinas eólicas atrapan el aire de los pueblos indígenas. Una argumentación digna de un párvulo.

Las luchas de poder, las contradicciones y la falta de objetivos claros dentro de la 4T, bien señalados por Toledo, indican también que solo los políticos saben “aguantar vara”, mientras académicos como quien las señala no podría siquiera imaginarlo.

Víctor Toledo sí sabe y propaga que ya se quiere ir, y está haciendo todo para que lo “vayan”. Lo que no sabe o de lo que no se ha dado cuenta es que a quienes mentó no olvidarán lo dicho por él y tomarán venganza.

No se olvide que no solo denostó a Alfonso Romo, a Rocío Nahle, a Graciela Márquez y a su tocayo Villalobos, titular de la SADER. Incluyó a López Obrador al comentar: “este gobierno es uno de contradicciones brutal, y toda nuestra visión que aquí la compartimos todos nosotros, no está para nada en el resto del gabinete y me temo que tampoco está en la cabeza del presidente, hay que decirlo”.

Y no, no tiene nada de particular no coincidir con el presidente, o no debería de tenerlo, pero dados los modos y formas de la 4T, el disentir con el ejecutivo de forma pública no solo causó alarma en el gabinete, sino que cimbró la opinión pública y llamó la atención de propios y extraños.

Temas como son el glisofato, los agronegocios, el Tren Maya, las cerveceras o la energía, por mencionar algunos, han sido cuestionados y señalados por un ferviente morenista. Y seguramente no es única ocasión en que dichos proyectos levantan interrogantes al interior de la 4T, pero sí la primera vez que salen de forma tan explosiva a la luz pública.

Víctor Toledo se va. Su alocución no solo es una despedida de la actual administración, anuncia el principio del rompimiento de la 4T. Y aunque hay alguien que puede mantenerla unida, sabemos que eso no va a pasar. López Obrador no sabe escuchar. La división de la 4T va.