El buen líder sabe lo que es verdad; el mal líder sabe lo que se vende mejor.<br>

Confucio

El ejemplo no es lo principal para influenciar a otros. Es la única cosa.<br>

Albert Schweitzer

Hablo de Quirino Ordaz Coppel, gobernador de Sinaloa desde 2017. El único ejecutivo local al cual muy diversas casas encuestadoras ubican siempre en los primeros lugares de aprobación. Nada fácil en estos momentos por los que atravesamos y menos en un estado donde se asienta la cuna de El Chapo Guzmán y bastión de su poder.

Pero hay mucho a resaltar en su diaria labor en una tierra tan hermosa y con tantos problemas como los tiene Sinaloa. Su agenda de trabajo ha demostrado que las diferentes ramas económicas de su estado son su prioridad. No olvidemos que a Sinaloa se le conoce como el granero de México, pues es el estado con mayor producción agrícola del país. También se podría conocer como entidad pesquera, pues tiene la segunda flota más grande de nuestro país en esa industria.

Sí, Quirino tiene la ventaja de llevar las riendas de un estado pujante, con una economía creciente, pero también con muchos problemas por ser tierra de narcos. De hecho, esa entidad se encuentra en el triángulo del oro, esto es, la mayor producción de estupefacientes de nuestro país.

En el último año, Sinaloa ha estado encabezando varias noticias nacionales, empezando con la captura de Ovidio Guzmán a finales del año pasado, la cual después de balaceras y de volver Culiacán tierra de nadie, el hijo de El Chapo fue liberado por las propias autoridades federales. Aun con tan tremendo desaguisado (balacera y muertos de por medio), el primer miembro gubernamental que salió a pedir a la ciudadanía que no saliera a las calles y además cuidar a los policías estatales, fue el gobernador sinaloense.

Ahora, en plena crisis del COVID-19, fue también el primer mandatario en pedir a su población guardarse en sus casas y tomar las cosas con sumo cuidado. Su hija resultó infectada y él se guardó mientras le entregaban los resultados

Esa es una de las cualidades que más se le toma en cuenta: se agradece la honradez en la forma de conducirse y comunicar las situaciones de riesgo.

Cuando anunció Milenio en su cuenta de Twitter: “#AMLO visita tierra de ‘El Chapo’ para supervisar construcción de carretera”, la respuesta de Quirino por el mismo medio fue: “@Milenio dígale eso a estos jóvenes sinaloenses, trabajando por salvar vidas desde el @centrodciencias, intentando hacer la diferencia. Les mandan saludos desde la tierra de grandes deportistas @TraviesoArce, hogar de leyendas @Jcchavez115 y campeones @clubtomateros abrazos”.

Es bueno recordar que hay muchos sinaloenses valiosos. Los jóvenes a los que se refiere Quirino son del Centro de Ciencias de Sinaloa, quienes están haciendo mascarillas para repartir en los hospitales de su estado.

El día de ayer dio una de las peores noticias que un gobernador tiene que dar a su gente, como es el anuncio del cierre de todos los hoteles de Mazatlán. Ello a punto de ser Semana Santa, uno los mejores momentos de la industria turística. Este no es terreno ajeno para Quirino, pues él también es empresario de dicho sector… y en ese destino. Pero otra vez, más allá de que conozca el rubro, se agradece que sea la autoridad máxima de la entidad quien dé la cara para lo bueno y para lo peor.

En realidad, Quirino ha estado a la altura de todas las difíciles circunstancias por las que atraviesa su estado. Incluida la muy mal planeada (no por él, sino por Presidencia de la República) visita presidencial a Badiraguato... El gobernador de Sinaloa tuvo el buen tino de no bajar de la camioneta cuando el presidente AMLO saludó a doña María Consuelo Loera Pérez. No estaba convocado y prudentemente no se puso para la foto.

Quirino no tiene partido para el 2024. Es decir, como priista que es si decidiera ir a la aventura presidencial, la tendría muy complicada. Pero para eso falta mucho. Antes, dejará la gubernatura de Sinaloa. Tendrá la opción de volver a sus negocios hoteleros, que lo necesitarán para superar la crisis de ocupación. Pero, probablemente, en la segunda y muy complicada etapa de su gobierno el presidente AMLO, con quien Quirino se lleva muy bien, podría llamarlo para que le ayude a mantener a flote el barco llamado México, que no se hundirá en la tormenta, por supuesto que no, pero que en el mejor de los casos quedará muy dañado por los vientos y las olas terribles que ya enfrenta.

Y quién sabe, a pesar de la marca PRI que en nada le beneficia, en una de esas la oposición unida, que se unirá en un plan sanamente democrático, voltea verlo como una posibilidad seria. Porque quien hasta ahora ha levantado la mano, el dirigente de Coparmex, Gustavo de Hoyos, por sus actitudes excesivamente gamberras luce como una mala caricatura de lo que debe ser el político presidenciable.