El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.<br>

De los libros perdidos de la Biblia

Dar pena: indica que algo resulta patético o lamentable.<br>

RAE

Como te ves me vi y como me ves te verás.<br>

Dicho popular

Desmantelar

Quizá algo de razón tiene la nueva —autoproclamada— presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, cuando dice que teme por México. La mandataria podía haber aludido al dicho popular antes mencionado; creo que la habríamos entendido mejor.

El hecho es que a la señora Áñez le resulta lamentable que México pudiera terminar recorriendo el camino de Bolivia. ¿Empedrado de buenas intenciones? Seguramente, pero por lo ya visto con el mismo destino. El esbozo que hace de lo realizado por Evo Morales en su país durante los últimos 14 años es de un desmantelamiento institucional; esto es, haber modificado cualquier acción o proyecto anterior a su primera administración e imprimirle su personal sello a todo lo que ocurre en la vida nacional, en donde el presidente pasó a representar en su persona al pueblo boliviano (basta ver su cuenta de twitter: @EvoEsPueblo). Si lo sopesamos, en estos últimos 11 meses México va que vuela a igualar lo que hizo el régimen de Evo Morales en casi tres lustros.

Por ello, y sin estar en contra de dar asilo político a Evo Morales, me preocupa el significado que eso proyecta en México: validar las políticas públicas internas tendientes a eliminar o apropiarse —para agilizar la marcha del proyecto— de los organismos autónomos, así como pulverizar todo lo que provenga del pasado.

Y ello en razón de que se quiere pensar que las de la 4T se parecen a las acciones implementadas en Bolivia, pero obviando una diferencia no menor: Evo logró que Bolivia creciera económicamente y mejorara su distribución del ingreso y los niveles de desarrollo y bienestar social.

Aun así, el pueblo, la policía y el ejército lo desconocieron violentamente cuando, por cuarta ocasión, se aferró al poder… Esa maldita costumbre del gobernante latinoamericano.

Dinamitar

Dado que estamos en plan de aniversarios (cumpleaños número 66 de AMLO; inicio de una nueva era en la CNDH), vale la pena preguntarnos ¿qué es lo que está hoy mejor en México que hace un año? Y, aclaro, no se trata de decir que estábamos bien hace 12 meses, pero asomémonos a lo que ocurre con las instituciones democráticas en nuestro país (sí, aunque sorprenda, se llegó a ellas de manera democrática y luego de mucho tiempo, esfuerzo y dinero).

De forma sistemática, el gobierno encabezado por López Obrador ha concentrado su esfuerzo en desmantelar el entramado institucional del país. Ya sea poniendo a la cabeza a personas afines al régimen o desapareciendo las instituciones por completo. Eso sin olvidar el colocar en distintos puestos a militantes de Morena sin los conocimientos mínimos necesarios para realizar lo que les compete, o llevando a cabo cambios legislativos no substanciados y perjudiciales o impulsando campañas para desacreditar a sus titulares.

Cooptar

Empezando por el Banco de México, institución autónoma por excelencia, donde ya hay dos vicegobernadores nombrados por el actual gobierno. Hasta ahí ninguna novedad. De hecho, han demostrado en su actuar bastante independencia del ejecutivo federal. Pero en los pasillos del Banco se conocen los serios diferendos que hay ya al interior del mismo, y eso sí no era hasta ahora lo habitual.

La desaparición del INEE (Instituto Nacional de la Evaluación de la Educación). Y sí, ¿cómo para qué haberlo mantenido si ahora los maestros tendrán plaza solo por el hecho de egresar de las normales? Ya no se harán evaluaciones independientes y comparables internacionalmente; nos podremos ir al fondo de las métricas y clasificaciones mundiales, que no lo sabremos a ciencia cierta. Un sombrío panorama acecha a los educandos y a sus maestros.

La Comisión Reguladora de Energía, donde ya son cuatro los consejeros designados por el presidente. Las primeras propuestas que hizo el ejecutivo para conformar este órgano nunca tuvieron ni la menor idea de lo que se trataba la función de la institución que querían dirigir. De entre quienes finalmente quedaron para conformar su consejo directivo, Leticia Campos Aragón se sabe que dijo: “bien podríamos destruir la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades básicas”. Pensamiento de avanzada… para llegar más rápido al ecocidio.

En la elección de la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos se realizaron tantas chapuzas que su nueva titular entra en funciones completamente deslegitimada. Eso más allá de que la flamante presidenta haya pertenecido a Morena (contraviniendo los requisitos para su postulación y designación) o que no sepa que México es actualmente (lo era desde antes) el país “sin guerra” más peligroso del planeta para ejercer el periodismo...

El espejo de Evo

La 4T, comandada por el presidente López Obrador, ha desmantelado, dinamitado y cooptado instituciones, ha trastocado leyes (la educación vuelve a manos de la CNTE y el SNTE), ha destruido confianza (NAICM, contratos de gasoductos), ha licitado a modo (85% de las compras del gobierno han sido compras directas), y un larguísimo etcétera de acciones que únicamente contribuyen a destruir el entramado institucional. ¿Para sustituirlo con qué? No queda claro hacia dónde se va.

Estamos ante un proceso de cambio sin un rumbo definido, y este no augura nada bueno. El paso es acelerado y apenas vamos por el primer año. ¿La tendencia continuará? No lo sabemos.

Tal vez Evo sea un buen espejo en el cual reflejarse para no caer en los mismos errores. Sin embargo, los acciones impulsadas por el presidente López Obrador definitivamente marcan que transitamos por la clásica senda que lleva al averno del que Bolivia tardará mucho tiempo en salir; sí, la ruta pavimentada de las mejores intenciones.