Tu única obligación en cualquier momento es ser leal a ti mismo.

Richard Bach

 

La mejor manera de vivir con honor en este mundo es ser lo que aparentamos.

Sócrates

Volvió a aparecer uno de los políticos más conocidos del escenario nacional. Querido por muchos, repudiado por más, pero siempre fiel a su estilo. Así, la participación de Manlio Fabio Beltrones en un diálogo virtual entre dirigentes del PRI ha puesto a hablar tanto a quienes se mantienen en ese partido como a otros a los que les recordó que nadie es indiferente a sus comentarios.

Siendo viejo lobo de mar, naturalmente no es aleatoria su aparición en estos momentos. No dudaría que esté empezando a construir su campaña para ser diputado el próximo año; un escaño plurinominal de preferencia.

Es por ello su dicho, ese que llama a los priistas “a alejarse y denunciar a los movimientos golpistas, especialmente de los promovidos por la derecha sumamente rancia, como las que pululan a veces enmascarados o disfrazados de sociedad civil”.

Tal vez es el primer político —de gran calado, claro está—, fuera del propio López Obrador, que menciona el golpismo y la supuesta intención de quitar al presidente por la vía no democrática. Y basado en ese dicho invita a sus correligionarios a esperar las elecciones del 21 y la revocación del mandato del año 2022 para manifestarse.

Obviamente su comentario puede ser leído desde distintas ópticas. Pero, ante todo, nos recuerda que el PRI es el partido considerado “la epidermis del poder”. Esto es, no puede estar lejano al mismo. Ya sea que lo detente de primera mano o tenga que pactar con unos y otros para seguir cercano al gobierno. Ya vimos al Revolucionario Institucional de la mano del PAN en tiempos de Fox y Calderón. Ahora muchos señalan su cercanía a Morena. No es la ideología lo que les molesta o atrae a los priistas; es la lejanía al poder lo que les separa o les adhiere.

Aunque muchos dan por muerto al PRI, lo cierto es que hoy muchos ex priistas son miembros y/o fundadores de casi todos los institutos políticos nacionales. A excepción del PAN y el partido Encuentro Social, los demás organismos tienen sus raíces en el otrora gran partido, incluyendo Morena.

Lo que queda claro es que Beltrones, con una sola participación, y después de más de dos años de un silencio monacal, ha vuelto al centro del ruedo político. Si bien el presidente AMLO es quien ha dado el pistoletazo de salida con su comentario “actuaré como el guardián de las elecciones”, Manlio es el primer político de ¿oposición? que toma una ligera ventaja sobre el resto. Con un guiño tan solo posible en él, concede que el gobierno puede ser malo y bueno al mismo tiempo, dependiendo de quién sea el que opine al respecto (de preferencia si es uno mismo...).

Su postura esconde justamente ese doble propósito, llamémosle de conveniencia. Supuestamente esboza al demócrata convencido, pero está más cargada a apoyar al presidente (y su afán que se extralimita —rayando en lo ilegal— de ser el garante del juego democrático por encima del INE), hablando de un golpe de Estado que solo ellos dos (AMLO y Beltrones) ven. Virtuoso en el engaño de la política sin lugar a dudas.

Una pregunta válida sería: si logra asegurar un escaño en el Congreso de forma plurinominal este 2021, ¿defenderá los ideales de su partido y de sus votantes o solamente los propios? Cuando se trata de definiciones, bien harían los institutos políticos en asegurarse que los candidatos —así sean por la vía plurinominal— apoyen los objetivos trazados del partido votado popularmente y a partir del cual obtuvieron el escaño, y no solo utilizarlo como un trampolín para buscar otros sueños largamente anhelados...

Manlio Fabio Beltrones cita a conveniencia a Fernando Gutiérrez Barrios, ex titular de la Dirección Federal de Seguridad, diciendo: "Como lo aprendimos con nuestro queridísimo don Fernando Gutiérrez Barrios: si algo hace daño a un país como también a una persona son los excesos". Beltrones utiliza esta expresión para referirse y denunciar posibles excesos asociados a supuestos complots para quitar a AMLO del poder por la vía no democrática (dos asegunes). Pero no lo hace para hablar de lo que originalmente se refería el ex gobernador de Veracruz, quien se lo dijo primero que nadie al hoy dirigente del partido Movimiento Ciudadano, Dante Delgado: “retírame el exceso de confianza”, esto es, no es conveniente que deposite uno tanta confianza/poder en una persona, así sea este un superior.

Hoy, Gutiérrez Barrios se lo estaría dando como consejo a los miembros del gabinete federal y todos los simpatizantes y seguidores del lopezobradorismo. Aconsejaría cuestionar y acotar el exceso de confianza depositado en AMLO —por las vías democráticas, claro está—, no en el sentido de denunciar la posibilidad de que los partidos (incluyendo el suyo, el PRI) se unieran o coaligaran desde ahora en un frente común, sea un BOA y otro, para sacar a Morena del gobierno por la vía electoral. Mucho menos para hacer precisamente lo que contribuye a “monopolizar” aún más el exceso de confianza en torno a un líder supremo, en este caso el presidente Lopez Obrador, y eso a costa de los distintos compromisos históricos y posiciones partidistas depositados por los votantes en los legisladores que conforman las distintas bancadas políticas de oposición.