CNTE

Durante años, la CNTE ha demostrado que no le importa un ápice la educación en México. En los estados donde “gobierna” con los hechos, han desmoronado la institución de la educación pública (ya no se diga su “calidad”).

Oaxaca

Detentan el deshonroso récord de ¡25 años ininterrumpidos de cursos fracturados! Esto es, en el último cuarto de siglo ningún infante oaxaqueño que haya asistido a escuelas públicas en dicha entidad tuvo la oportunidad de tener un curso completo. Ni primaria, ni secundaria o prepa. De ese tamaño es el robo. Poco les valdrán los “certificados” si no tuvieron escuela. 

Desfalco a la nación, pues a todos nos afecta esa población olvidada y que cada vez quedará más rezagada. Cada uno de nosotros pagamos doble ese costo. Primero, por los recursos federales (nuestros impuestos) destinados a la educación que no se les brinda, pero que sí mantiene a la Coordinadora en pie de lucha. Segundo, por los programas de desarrollo social destinados a esa y otras entidades del sureste de México con el fin de sacarlos del retraso ocasionado.

Guerrero y Chiapas (también Michoacán)

No es fortuito tampoco que su “reino” se concentre en tres de las entidades más pobres del país. Abonan a esa pobreza heredada, al no otorgar las herramientas básicas necesarias para salir adelante. Han hecho de la educación su rehén y con ello han condenado a estas entidades federativas a continuar viviendo lastimosamente y carente de oportunidades. Estudiar en estos estados bajo la égida de la CNTE es estar condenando a la ignorancia y al fracaso.

Si bien Michoacán no es de las entidades más pobres del país, sí es la nueva joya de la corona de la CNTE. Secuestro de las vías férreas a principios de año, ocasión en que no les bastaron los más de cinco mil millones de pesos otorgados por el gobierno federal. Aun con el dinero en el bolsillo, tardaron semanas en liberar las vías.

No en balde, Silvano Aureoles confía en que pronto la nómina magisterial de Michoacán se federalizará,m. Espera (ilusa ternurita) ya no tener problemas con la CNTE en su estado.

Nadie importa

¡Habemus contrarreforma! La normatividad educativa recién aprobada presenta –como en muchas ocasiones-avances y retrocesos. En lo general, no es tan mala como plantea la oposición, ni tan excelsa como lo festinan los de Morena. Pero allí está.

En realidad, para que conozcamos su verdadero alcance, se deberán realizar y analizar las leyes secundarias.

El punto es que, utilizando de pretexto la reforma recién aprobada, los de la CNTE tomarán hoy nuevamente las calles de la Ciudad de México. Pretexto para incordiar a la población, presionar al gobierno, exigir de más y ver cómo sus disparatadas demandas son atendidas.

En marcha los “maestros” de los estados antes mencionados, quienes conforman la CNTE (Caterva Necia de Traficantes de la Educación), no importando que se tenga una contingencia ambiental, no importando que los mismos marchantes sufrirán de mayor afectación pulmonar. No importando nada, porque nada les importa, ayudarán a que sin duda se tenga una aún peor calidad del aire.

Pero, ¿de qué nos sorprendemos? Qué les va a importar lo mal que respiramos, si tienen en sus manos lo más valioso de nuestra patria: los niños, nuestro futuro.

La 4T señala que la administración anterior emprendió una campaña para denostar al Magisterio Nacional. La verdad sea dicha, es la disidencia y la podredumbre de unos cuantos docentes la que se ha encargado de eso.

Apelando a la declaración de Benito Juárez “el respeto al derecho ajeno es la paz”, hagamos un llamado a la Jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum y a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para que no les dejen marchar (y si eso ya es demasiado tarde, una evaluación a posteriori de la gestión del gobierno en la materia). El derecho de los millones que viven en la gran ciudad debería ser tomado en cuenta. Además, por si lo anterior fuese poco, en este caso es más que una marcha: es no permitir que la contaminación aumente aun más.

Si quieren marchar, que lo hagan en el autódromo, donde no conflictúen nuestra caótica y contaminada capital. Aquella que contaba Carlos Fuentes, alguna vez fue la región más transparente...