Recuerdo gratamente que hace como diez años cuando cursaba estudios en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, conocí a un puñado de memorables compañeros con los que de vez en cuando nos organizábamos para hacer periódicos murales y pintas de mantas conmemorando el 2 de octubre, otras veces para hacer festivales por la paz, para recibir a los zapatistas, organizar conferencias en torno a la problemática palestino-israelí, apoyar las movilizaciones del CGH de la UNAM o intentar organizar la Coordinadora Nacional de Estudiantes.

 

A veces se discutían  cuestiones locales otras nacionales, sin embargo lo que también recuerdo, no sin un dejo de frustración,  era que en casi todas las ocasiones eran siempre los mismos, los más activos promotores no pasaban de una treintena de estudiantes de diferentes unidades académicas.

 

No importaba que tan grave fuera el motivo de la manifestación, reunión o actividad, ya que a pesar de “correr la voz” y extender la convocatoria, casi siempre la apatía e indiferencias de la comunidad estudiantil universitaria era la que triunfaba.

 

 Llegó  haber ocasiones en que compañeros que no simpatizaban con nuestras causas llegaron a cuestionarnos y tacharnos de revoltosos (lo cual era benéfico ya que nos daba la oportunidad de interactuar y discutir), pero lo que más frecuentemente se suscitaba, era que la mayoría no entendía la repercusión de lo acontecido en su realidad inmediata. No entendía por que protestábamos u organizábamos actividades, no veía la necesidad de destinarle tiempo después de clase, ni veían la necesidad de ser partícipe de algún movimiento en protesta o a favor de nada.

 

La Universidad de Morelos es pública, pero quien accede a ella es solo un pequeño sector privilegiado, no por su posición económica, sino por la escasa matrícula de ingreso con la que cuenta.

 

La máxima de estudiar y aprovechar sin protestar por nada, era la regla que se cumplía a pie juntillas, de tal modo que a pesar del costo económico que implicaba ingresar a esa casa de estudios, la carencia de infraestructura o de acerbo bibliográfico en las bibliotecas universitarias,  nunca ha habido el menor intento por cuestionarlo. Cuando se pensó que la problemática de la Huelga Estudiantil de la UNAM en el 99-2000 podía “contaminar” al estudiantado morelense, la reacción de las autoridades fue apostar un par de hummers militares en la entrada y cerrar la reja pincipal, pues seguramente pensaban que Mario Benitez o el Mosh llegarían a prenderle fuego a la inmaculada Universidad de Morelos. Por su puesto ni uno ni otro llegaron, tampoco los estudiantes protestaron, pero afortunadamente las condiciones de antaño, aunque lentamente, han empezado a cambiar.

 

La semana pasada después de ver detenidamente los hechos ocurridos en la Universidad Iberoamericana, no deja de sorprenderme gratamente las acciones de la comunidad estudiantil, ya que representan no a un grupo de radicales intransigentes seguidores de Andrés Manuel, sino a un grupo de gente formada e informada con libre albedrío que no desaprovecharon la oportunidad de convertirse en portavoces de una gran mayoría que no estuvimos en el evento, molestos y exaltados tal vez con la soberbia y arrogancia con la que Peña Nieto quiso contestar los cuestionamiento respecto a Atenco, pero dentro de los causes pacíficos que permite la libertad de expresión.

 

Los estudiantes de la Ibero, con esto reflejan que el rechazo a la candidatura de Peña Nieto no es una cuestión de posición socioeconómica sino de elemental conciencia política, la misma que se les sigue negando a amplios sectores de la sociedad que desde los primeros años de vida escolar se ven impedidos para continuar su formación académica.

 

Educación y conciencia es un binomio necesario para dejar de repetir los círculos de pobreza e ignorancia, mientras no sea así, se seguirán replicando  casos como el de la Ibero, al tiempo que en muchos otros lugares no se tendrá ni la más remota idea de su significado. Haberse quedado callados y aplaudiendo como si se estuviera en un partido o circo, hubiera sido lo verdaderamente escandaloso como para llamar la atención de todos.

 

Desde tierras zapatistas les mandamos un reconocimiento a los estudiantes de la Ibero.

 

Invitación al primer debate de candidatos al Gobierno del Estado de Morelos: Miércoles 16 de Mayo 8:00 en http://www.elchoromatutino.com/ 8:00 A.M. y 88.5 FM local