Es la primera vez -y debe ser la última- que escribo de futbol, porque lo mío, lo mío, es el beisbol, pero no resistí la tentación de escribir sobre la gachada que les hicieron los Tigres a sus colegas en desgracia, los Tiburones de Veracruz, que tienen más de medio año de estar esperando que les pague sus sueldos el trácala de Fidel Kuri, dueño de ese equipo de primera división.

Les platico: El viernes 18 de este mes “jugaron” en el estadio jarocho “Pirata Fuentes” los anfitriones Tiburones Rojos frente a los Tigres de la UANL y a pesar de que los jugadores del puerto se mantuvieron parados durante los primeros tres minutos, en señal de protesta porque no les pagan sus sueldos, los pupilos del Tuca Ferreti se aprovecharon y les metieron dos goles a la mala.

El acuerdo había sido que los visitantes se solidarizarían con sus colegas, parando el mismo tiempo en la cancha, para presionar a Kuri y a los santones de la Federación Mexicana de Futbol a que resuelvan este problema laboral.

Pero la arrogancia y mamonería de los Tigres, de su entrenador el Tuca y de sus dirigentes, Miguel Angel Garza y Mauricio Doehner Cobián, pudo más y se enredaron en un cantinflesco mar de excusas para justificar su falta de solidaridad con compañeros de su mismo oficio.

Las críticas le están lloviendo por todo el mundo a este equipo de fútbol y salpican a la universidad que les renta su nombre -la UANL- y a la principal empresa que los patrocina, CEMEX.

Una encuesta realizada por este medio donde escribo mostró que los mismos seguidores y fanáticos de los Tigres repudian lo que hicieron el viernes en la cancha del Veracruz.

A mi lista de informantes bien acreditados sumé ayer a uno de los jugadores titulares de los Tigres, quien por razones obvias no quiso que mencionara su nombre, pero es de los buenos y solo me permitió darles una pista: Por ahí del minuto 2, teniendo la portería abierta sin ningún tiburón que le presionara, en vez de tirar a gol, retrocedió y pasó el balón a uno de sus compañeros, quien inmisericordemente disparó en forma displicente desde fuera del área y marcó el segundo gol.

Ambos son extranjeros y ya no puedo decir más porque capaz de que lo obligan a retractarse. Y como no vi el juego, estoy reproduciendo lo que me narró y le creo. Por si las dudas, le eché un vistazo al video de esos vergonzosos primeros tres minutos y al final, cuando los jugadores del Veracruz les aplauden a los tigres y éstos, la mayoría de ellos mamoncísimos como su entrenador y sus directivos, salen de la cancha pavoneándose de lo que acaban de hacer.

Mi fuente se sintió poco menos que miserable cuando el árbitro pitó el final del juego, dándoles la victoria 3 a 1.

Quiero ver al jugador y al entrenador mejores pagados del futbol mexicano pasando por la que están pasando sus colegas del puerto.

Quiero ver al Tuca empeñando las facturas de su Ferrari y del Mercedes deportivo que tiene para él solito en la cochera de su casota, para que le alcance a pagar las colegiaturas de sus hijos.

O al tal gerente de quién sabe qué en Cemex y al mismo tiempo ayudante enlace entre Cemex y Sinergia Deportiva, -la que le renta la imagen a la UANL- vendiendo su motorcycle Triumph -como el le dice a su juguetito en Instagram- para los mismos fines del Tuca.

El entrenador de los Tigres insulta a los que ha chocado con sus carrotes. Ofende a los periodistas que osan preguntarle cosas que a él le desagrada que le recuerden acerca de su comportamiento dentro y fuera de la cancha. Es arrogante y no solidario a más no poder y si él es así ¿qué se puede esperar de sus jugadores?

La misma característica existe en el que representa a Cemex ante el equipo. Basta verlo cómo es el primero que brinca a la cancha para salir en la foto cuando ganan los Tigres, o para levantar el trofeo de campeón como si él se la hubiera jugado en la cancha, o cuando pide que le tomen la foto en medio del bulldog Alejandro Rodríguez y de Miguel Ángel Garza, cuando el primero le cedió la presidencia al segundo, siendo que el tal Doehner quería ese puesto para él.

Los Tigres se echaron encima innecesariamente a la afición, y también a los que como un servidor no gustamos de ese juego. Sólo que las críticas se están quedando cortas, porque se centran en los jugadores. El entrenador y los directivos citados son igual de arrogantes, insensibles y faltos de solidaridad que sus jugadores.

No tardan en lanzar una campaña para tratar de congraciarse con sus fans y ya los veo abrazándose con sus rivales al final de cada juego o donándoles una migaja de sus descomunales salarios a los que siguen sin cobrar sus sueldos.

Y va a pasar lo que siempre pasa en México: La mala memoria de los mexicanos hará que pronto este incidente quede en el olvido.

CAJÓN DE SASTRE

“Méndigos tigres, incluyendo al Tuca y a sus directivos”, dice la irreverente y claridosa de mi Gaby y en seguida me recuerda que mañana inicia la Serie Mundial del mejor beisbol del mundo, entre Astros de Houston y los Nacionales de Washington. ¡Play ball!

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.